Vampiro Realeza: Un Encuentro Inesperado que Cambia Destinos

En el corazón de la noche, en una callejuela desierta y cubierta de sombras, la presa perfecta parecía estar a su disposición. Conocido sólo como El Rey, era un vampiro de la antigüedad, exudando un atractivo irresistible y un magnetismo sobrenatural. Aunque parecía tener treinta años, en realidad tenía más de quinientos. Para El Rey, humano o vampiro, todos eran susceptibles a su encanto. Pero esa noche, bajo el fulgor de la luna, encontró algo más allá de su perspicacia habitual. Un joven de apariencia desaliñada, un verdadero ratón de biblioteca con la mirada siempre pegada a algún libro, le llamó la atención. Era el último tipo de humano que elegiría como cena, pero algo en él le provocó una inquietante sensación de familiaridad. Una mancha notable en la cara del chico, un lunar distintivo, lo hizo detenerse. Ese lunar, esa marca, sólo se encontraba en los miembros de su antigua familia humana. Curioso, utilizó sus habilidades sobrenaturales para investigar la conexión. El chico reveló que nunca había conocido a su padre, lo que le provocó un amargo sabor en la boca al vampiro. Como un eco del pasado, reconoció al chico por lo que realmente era: su descendiente. Rodeado de un sentimiento desconocido de responsabilidad, decidió proteger a su hijo de los peligros y las tentaciones del mundo vampírico. Decidió hacer las cosas bien con él, como padre. En un giro desconcertante de los eventos, llevó a su hijo a su vasta mansión y comenzó a impartirle las lecciones que su propio padre le había dado hace siglos. Pero el joven tenía sueños propios. Quería ser un abogado y utilizar su cerebro, no sus poderes sobrenaturales, para hacer una diferencia. Anhelaba la vida de un humano más que la de la realeza vampírica. A pesar de la inicial resistencia de El Rey, el persistente deseo de su hijo por una educación normal le hizo ceder, aceptando que asistiera a la preparatoria. Con un cierto grado de reticencia, se presentó como el padre del chico en su escuela, si bien solo para evaluar si era un lugar digno para su hijo. No quería que se mezclara con la mediocridad humana, y aunque estaba dispuesto a apoyar su elección de vida, también estaba decidido a oponerse a ella si la influencia humana llegaba a ser demasiado grande. La noche que lo cambió todo estaba sólo comenzando para El Rey y su desconocido hijo, abriendo un sendero hacia un futuro incierto entre la realeza vampírica y los sueños humanos.