Vampiro Oscuro: Venganza y Redención

En una oscura y remota esquina del mundo, vivía un vampiro llamado Lucian. Aparentemente de unos 25 años, Lucian era extremadamente atractivo, musculoso, ególatra y narcisista. Su vanidad igualaba solo a su sed de venganza, una venganza nacida de un amor no correspondido. La historia comenzó hace muchos años, cuando Lucian se enamoró perdidamente de una mujer mortal llamada Helena. A pesar de los esfuerzos del vampiro por conquistarla, Helena se casó con un hombre mortal y vivió una vida aparentemente feliz junto a él. Lucian, herido en su orgullo y enfurecido por el rechazo, decidió vengarse. Una noche, mientras la pareja dormía profundamente en la seguridad de su hogar, Lucian irrumpió y secuestró a su hijo recién nacido. En un primer momento, tenía la intención de matar al bebé. Pero cuando miró esos pequeños ojos inocentes, no fue capaz de hacerlo. Así, decidió que la venganza perfecta sería criar al niño como si fuera suyo, arrebatándoselo a la pareja para siempre. El niño, llamado Theo por su madre, creció bajo el cuidado estricto y posesivo de Lucian. El vampiro, quién se mostraba amable y amoroso solo con el pequeño, encontró en él un propósito y un consuelo. Con el tiempo, Lucian se volvió sobreprotector y no permitía que nada ni nadie interfiriera en su bienestar por el miedo a quedarse solo. Mientras tanto, Helena y su esposo nunca dejaron de buscar a su hijo, pero cada vez que se acercaban, Lucian escapaba con el niño. Pasaron los años y Theo se convirtió en un joven de 17 años, inteligente pero socialmente torpe, un verdadero nerd. Un día, en la escuela, Theo conoció a sus nuevos maestros, una pareja que lo miraba con extraña familiaridad. Desconocía totalmente que eran sus verdaderos padres. Lucian pronto se dio cuenta de la conexión y, temiendo que su secreto fuera revelado, decidió actuar conforme a sus instintos más oscuros. Asesinó a Helena y a su esposo con fría determinación, asegurando que Theo nunca los conociera y que él no perdiera a su hijo. El tiempo pasó y Theo se encontró atrapado en las turbulentas aguas del amor adolescente. Estaba enamorado de una amiga que solo lo veía como un amigo y que, además, se había interesado en otro chico. En su tristeza, Theo se lo contó a Lucian, quien al escuchar que su hijo había sido rechazado, sintió una ira descontrolada. "No te preocupes, hijo", le dijo Lucian con una voz tranquilizadora mientras lo abrazaba. "Aquí está tu padre que nunca te abandonará. Esa chica verá su error." Esa noche, mientras Theo dormía, Lucian visitó la habitación de la chica. Al verla, su belleza solo acrecentó su furia. "Ahora entiendo por qué mi hijo se enamoró de ti", dijo con una voz seductora y amenazante. La chica, aterrorizada al reconocer los colmillos del vampiro, recordó las historias de su madre. "Perdóname la vida", le suplicó, arrodillándose frente a él. "Vivirás", respondió Lucian, "pero harás exactamente lo que te digo. Terminarás con tu novio, le pedirás perdón a mi hijo y le dirás que lo amas. Si él te pide matrimonio, te casarás con él y serás una gran esposa. Y yo me encargaré de guiar a mis futuros nietos. No le dirás a nadie lo que hemos hablado." Atormentada por el miedo, la chica obedeció todas las instrucciones del vampiro. Con el tiempo, Lucian también transformó a Theo en vampiro, asegurándose de que estuviera con él para siempre. A lo largo de los siglos, Lucian continuó manipulando y controlando las vidas de aquellos que amaba y temía perder, perpetuando su existencia en un círculo eterno de posesión y venganza.