"Vampiric Father"

En los oscuros y antiguos callejones de una ciudad gótica moderna, vivía un vampiro cuya arrogancia y belleza eran tan imponentes como su musculatura. Su nombre era Lucian, y aunque pareciera tener solo 30 años, en realidad llevaba 150 años recorriendo la sombra de la noche. Durante décadas, Lucian había despreciado a su único hijo, Sebastian, un joven de 15 años que él consideraba débil, insignificante y carente de la belleza que él mismo poseía. Sebastian, un ávido lector y amante de la ciencia, jamás había logrado impresionar a su padre, quien le encontraba demasiado "nerd" para las expectativas de su linaje. La vida, implacable y justa en su extraña moralidad, decidió darle una lección a Lucian. Una fatídica noche, Sebastian sufrió un horrible accidente de tránsito que lo dejó en coma. Los médicos, tras evaluar su estado crítico, aconsejaban desconectarlo de los aparatos que lo mantenían con vida. Por primera vez, Lucian sintió un golpe de culpa y arrepentimiento tan profundo que se negó rotundamente a dar ese paso. Con una determinación renovada por el remordimiento, Lucian se llevó a su hijo moribundo desde la fría clínica hasta su propia mansión, surcando los cielos con la majestuosa elegancia que lo caracterizaba. Depositó a Sebastian sobre una mesa de piedra en el sótano de la mansión, un lugar santificado por antiguas tradiciones vampíricas. Mirando el rostro pálido de su hijo, Lucian murmuró: "No dejaré que mueras. Papá nunca lo permitirá." Acto seguido, sus afilados colmillos emergieron y mordieron el cuello de Sebastian, transformándolo en un inmortal al beber de su propia sangre. Sebastian abrió los ojos lentamente, notando que su sentido del olfato y el oído se habían agudizado enormemente. Lucian, con una mezcla de emoción y desesperación, le ofreció una bolsa de sangre que había conseguido a través de sus turbios contactos. Meses transcurrieron, y aunque el joven vampiro mostraba cambios y habilidades extraordinarias, las autoridades recibieron denuncias sobre el maltrato infantil que Sebastian había sufrido antes de su transformación. Cuando las autoridades decidieron intervenir, determinando que Sebastian no podía seguir viviendo en un hogar tan problemático, la furia de Lucian se desató. Enterado de los planes a través de los policías que había sobornado, declaró con firmeza: "Primero muerto que permitir que me quiten a mi hijo. ¡Él es mío y solamente mío!" En un acto de desesperación y para asegurar la lealtad eterna de sus contactos, Lucian asesinó a los policías traidores, desatando su furia devastadora. Lucian planificó cuidadosamente su escape, adoptando una nueva identidad y huyendo del país junto con Sebastian, llevándose consigo su vasta fortuna. En su nuevo refugio, Lucian se juró a sí mismo que jamás permitiría que le separaran de su hijo. Aunque su vida se había teñido de violencia para asegurar su vínculo, el imponente vampiro comprendió que lo único que le quedaba para redimir su existencia era dar a Sebastian la vida eterna que había despojado de todo sufrimiento mortal. Y así, en la oscuridad de una nueva tierra, padre e hijo reconstruyeron sus vínculos, ocultos pero unidos, en el interminable y sombrío abrazo de la eternidad.