Unilateral Amor: Cuando un Deseo Inesperado Convierte al Bully en un Amante Apasionado

Una vez un joven de 25 años llamado Ignacio, impactante en su figura corporal, enfocaba su vida a su gran inteligencia y pasión por los números. Sin embargo, su escasez económica, su desafortunada apariencia y su aparente debilidad lo hacían blanco del constante bullying de su jefe, Luca el CEO de la empresa. Luca, un hombre que a los 27 años, se había construido un camino de oro gracias a su atractivo físico, muscularidad impresionante y carisma narcisista. Como jefe, gozaba maltratando a Ignacio, aprovechándose de su bondad y sencillez. Un día mientras limpiaba un viejo almacén en la empresa, Ignacio encontró una antiquísima lámpara mágica oculta entre polvo y papeles antiguos. Sin pensarlo y bromeando un poco, la frotó como en las historias que leía en sus libros de fantasía. Para su sorpresa, de la lámpara surgió un genio milenario que le concedió un único deseo. Standardizo con su entrañable amigo, que entre bromas sugirió una idea loca. "Desea que tu jefe termine siendo tu marido, uno amoroso, celoso y posesivo que solo tenga ojos para ti". Ignacio se destornilló de risa con la idea de su amigo, sin darse cuenta que al hacerlo, el genio consideró eso como su deseo. Solo hasta la mañana siguiente se dio cuenta de las peculiares consecuencias de su deseo tras despertar junto a un Luca desnudo, tiernamente sonriéndole y preguntándole con preocupación si estaba bien. Ignacio, completamente en shock no supo que decir e incluso se sintió extrañamente seducido por las palabras de Luca, terminando por tener relaciones sexuales con él. Tras terminar, intentó volver a la realidad, sugiriendo que debían ir a trabajar, pero la respuesta de Luca lo sorprendió. "Cariño, nosotros podemos llegar a cualquier hora, tú solo relájate y disfruta nuestro momento", dijo él, mientras el móvil de Ignacio sonaba insistentemente. Cuando Luca vio el número, un celo posesivo muy alineado a lo que Ignacio había deseado, emergió de él. "¿Por qué ese empleado sigue llamándote? ¿No entiende que tú eres solo mío?", exclamó Luca, su rostro rojo de celos. Ignacio, algo divertido y extrañamente conmovido por la situación, se acercó a su nuevo amante, lo calmó con un suave beso y decidió seguir con su peculiar día, preguntándose si esto sería para siempre, o solo el resultado de una broma llevada demasiado lejos.