Unexpected Desire: Love Between the Nerd and the Warrior.

Había una vez un joven de 17 años llamado Martín. Martín era un chico delgado, de cabellos desordenados y gafas grandes que constantemente era objeto de burlas y acoso. Su principal agresor era Nick Walker, un atractivo y musculoso fisiculturista de 30 años que era entrenador en el gimnasio local. Para Martín, el gimnasio era una especie de purgatorio donde su autoestima se veía diezmada día tras día. Una tarde, mientras caminaba de regreso a casa después de otra humillante sesión de entrenamiento, Martín se topó con una tienda de antigüedades que nunca había notado antes. La curiosidad lo llevó a entrar, y allí encontró una lámpara vieja cubierta de polvo. El dueño de la tienda le contó que esa lámpara era mágica y podía cumplir cualquier deseo. Martín, escéptico pero desesperado por escapar de su miserable realidad, decidió comprar la lámpara. Esa misma noche, en su habitación, Martín frotó la lámpara como en los cuentos de hadas. Nada parecía suceder al principio, pero entonces, en un arrebato de emoción y sin pensar demasiado, deseó: "Deseo que Nick sea mi novio y que vivamos juntos". Cerró los ojos con fuerza, sintiéndose algo tonto, y se fue a dormir. A la mañana siguiente, Martín se despertó en una habitación completamente desconocida. Las paredes estaban decoradas con fotos de él y de... Nick. No era un sueño. Al girarse, vio a Nick mirándolo con una expresión cálida y sincera. "Buenos días, amor", dijo Nick mientras lo abrazaba y le daba un beso en la frente. "Esta noche te tengo una sorpresa por nuestro aniversario de 6 meses. Ve a prepararte, ya haré el desayuno para llevarte a la prepa". Martín parpadeó, atónito. A lo largo del día, descubrió que la vida había cambiado por completo. Todos lo trataban con respeto en la escuela, sus amigos parecían genuinamente interesados en lo que tenía que decir, y más extraordinamente, Nick era amable y cariñoso, comportándose como el novio ideal. A medida que pasaba el día con Nick, Martín comenzó a notar detalles que nunca había percibido antes. La bondad en los ojos de Nick, la atención que prestaba a cada pequeña cosa que decía, y lo considerado que era con sus sentimientos. Una tarde perfecta juntos en el parque y una cena romántica que Nick organizó cuidadosamente le hicieron comprender que este Nick era completamente diferente al matón que conoció en el gimnasio. Martín se sentía abrumado por la mezcla de emociones, pero para cuando la noche llegó y se encontraron observando las estrellas desde el balcón de su hogar compartido, él lo tenía claro. Nick le tomó la mano y le dijo: "Martín, cada día contigo ha sido mejor que el anterior. No puedo esperar a ver qué nos trae el futuro". En ese instante, Martín entendió que, aunque la magia de la lámpara había traído este cambio, él había llegado a amar genuinamente a Nick. Tal vez, solo tal vez, el deseo de Martín no había cambiado a Nick, sino que había sacado a la luz la versión más amorosa y auténtica de él. Y en ese momento, bajo el cielo estrellado, Martín pensó que quizá, aunque todo comenzó como un acto impulsivo, había encontrado el verdadero amor que jamás había esperado.