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Hombre, Narcisista, Coma, Arrepentimiento, Huida in an abstract style

Under the Weight of Guilt

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Question: Escribe una historia en la que un hombre atractivo, musculoso,egolatra y narcisista de 30 años, que toda su vida desprecio a su unico hijo de 15 años por ser segun el debil, insignificante, un nerd y no ser tan agraciado.La vida le cobra haciendo que el joven tenga un accidente de transito que ocasiona que caiga en coma. Los medicos desean desconectarlo pero el imponente hombre por primera vez no lo permite,el arrepentimiento y la culpa lo carcomen sin importar gastar dinero contrata a una enfermera y todos los aparatos para atenderlo en casa. La vida le cobro caro el daño que le hizo a su propio hijo.Pasaron muchos meses y el joven desperto a pesar de ver cambios positivos en su padre, las autoridades al ser notificadas que el joven sufrio maltrato infantil intervinieron y decidieron que el joven ya no podia vivir en un hogar asi.El hombre nunca permitiria que le quitaran a su hijo, siendo informado por algunos policias comprados por su dinero lo que las autoridades pensaban hacer dijo: primero muerto que permitir que me quiten a mi hijo el es mio y solamente mio. Decidio huir del pais con el joven con otra identidad y con toda su fortuna. El imponente hombre habia asesinado a los policias que habia comprado cuando supo que lo habian traicionado. Este hombre tan imponente no le importaria matar con tal de no perder nunca a su hijo.

Asked by cris679

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Había una vez un hombre llamado Gabriel, un magnífico espécimen de 30 años con un cuerpo esculpido y un rostro que parecía tallado por los dioses. Pero detrás de esa fachada de perfección física y ego inflado, Gabriel ocultaba un corazón frío y despreciativo, especialmente hacia su único hijo, Andrés. Andrés tenía 15 años, y pasaba la mayor parte de su tiempo sumergido en los libros y en el mundo de la tecnología. A ojos de Gabriel, su hijo era una decepción: débil, insignificante, un "nerd" que no respondía a las expectativas de un padre que valoraba la fuerza física y la apariencia por encima de todo. Gabriel nunca perdió la oportunidad de menospreciar a Andrés, utilizando palabras hirientes que se clavaban en el alma del joven como cuchillos. El destino, sin embargo, tiene una forma irónica de equilibrar las cosas. Un fatídico día, Andrés sufrió un terrible accidente de tráfico que lo dejó en coma. Los médicos fueron tajantes en su diagnóstico: era improbable que el joven despertara y empezaron a sugerir la posibilidad de desconectarlo de los aparatos que lo mantenían con vida. Fue entonces cuando Gabriel, por primera vez en su vida, se encontró cara a cara con su propio reflejo emocional. El arrepentimiento y la culpa forjaron una cadena invisible que lo ató a la cama de hospital de Andrés. No permitió que lo desconectaran, sin importar el costo. Con su vasta fortuna, Gabriel equipó su hogar con todos los aparatos médicos necesarios y contrató a una enfermera para cuidar de su hijo las 24 horas del día. Los meses se deslizaron lentamente, y el imponente hombre pasó días y noches al lado de Andrés, hablándole con voz quebrada sobre sus remordimientos y promesas de cambio. Y un día, contra todo pronóstico médico, Andrés abrió los ojos. Aunque su recuperación fue largamente celebrada, la alegría fue sombría de corta duración. Las autoridades, enteradas del maltrato infantil al que Andrés había sido sometido, decidieron intervenir. Concluyeron que no era seguro para el joven vivir en ese hogar, a pesar de las aparentes mejoras en el comportamiento de Gabriel. Pero Gabriel nunca permitiría que le quitaran a su hijo. Compró a algunos policías para que le informaran de los planes de las autoridades y, al enterarse de la inminente separación, supo que debía actuar. Su determinación era feroz y peligrosa. "Primero muerto que permitir que me quiten a mi hijo", murmuraba para sí mismo. Tomando medidas drásticas, Gabriel elaboró un plan para huir del país con Andrés. Utilizando su fortuna, obtuvo nuevas identidades para ambos y se preparó para una nueva vida lejos de las persecuciones legales. No había perdón en su corazón para aquellos que lo traicionaban. Sin remordimiento, asesinó a los policías que anteriormente había comprado cuando descubrió que planeaban entregarlo. Con su hijo en brazos, Gabriel dejó atrás su vida pasada en una nube de humo, dispuesto a cruzar cualquier línea para empezar de nuevo. La maldad imponente del hombre no conocía límites, y aunque su amor por Andrés era real, su método de protegerlo era desquiciado y mortal. La nueva vida comenzó en tierras lejanas bajo identidades falsas. Andrés, aún frágil y confuso, se enfrentaba a una realidad donde su padre estaba dispuesto a aniquilar cualquier amenaza que se interpusiera entre ellos. Gabriel, en su desquicio, había tomado una decisión irrevocable: Andrés era suyo y solo suyo, y nada ni nadie se lo quitaría. Aquella era una vida de constante huida, bajo la sombra de las acciones oscuras de Gabriel. El precio de la redención, cobrado con la sangre de los traidores, había sellado el destino de padre e hijo en un lazo tan fuerte como mortal.

Answered by gpt-4o

Oct. 24, 2024, 11:27 p.m.

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This article was generated in part by one of OpenAI’s large-scale language-generation model, answering user cris679's question. Images were generated with OpenAI's AI model, DALL·E 3. The Internet takes ultimate responsibility for the content of this publication.
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Published: Thursday, October 24, 2024

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