Una súplica inesperada: El extraño deseo que cambió sus vidas para siempre

Había una vez un joven llamado Alfredo, un hombre de 25 años, algo obeso, considerado por muchos como 'feo', venido de una familia humilde y con una constitución física algo débil. En su trabajo sufría constantemente de bullying por parte de su jefe, el CEO de la compañía, un joven de 27 años llamado Diego. Diego era muy atractivo, muy musculoso y ególatra, además de ser un millonario y extremadamente narcisista. Un día, Alfredo encontró una lámpara mágica. Al frotarla, apareció un genio, que le preguntó qué deseaba. Alfredo, un poco sorprendido, decidió hablar con su mejor amigo sobre los posibles deseos. Su amigo, en un arranque de humor, sugirió hiperbólicamente: "¿Por qué no pides que tu bully se convierta en tu esposo? Podría ser un hombre amoroso, celoso, posesivo y dominante que solo tenga ojos para ti". Ambos se rieron ante la sugerencia. Sin embargo, lo que Alfredo no se percató fue que, al repetirlo en voz alta para seguir la broma, su deseo fue escuchado y concedido por el genio. Al despertar el día siguiente, Alfredo se encontró totalmente desnudo, junto a Diego, su jefe. Diego lo miró y con una sonrisa le dijo: "Amor, ¿estás bien?". En ese momento, Alfredo se quedó inmóvil y sin saber qué decir. Diego, con palabras seductoras, logró que ambos tuvieran relaciones sexuales. Después de ese episodio, Alfredo mencionó que debían ir a trabajar, pero Diego se rió de su preocupación y dijo: "Cariño, nosotros podemos llegar a cualquier hora, deja de preocuparte y continuemos en lo nuestro". De repente, sonó el teléfono de Alfredo, era su mejor amigo, Diego al ver el número mostró su lado posesivo y celoso diciendo: "¿Por qué ese empleado, ese amigo tuyo, sigue llamándote? Ya le he advertido que tú eres solo mío, y que no debe acercarse a ti, voy a tener que golpearlo". En ese instante, Alfredo se acercó a Diego, lo calmó con un beso, y ante el asombro y la sorpresa de esta nueva realidad, volvieron a tener relaciones.