"Un Vínculo Familiar Inesperado: La Redención del Vampiro Narcisista"

En las profundidades de la noche oscura, un vampiro llamado Damien, alto, fuerte y magníficamente atractivo, deambulaba por la ciudad en busca de su próxima presa. Mucho más allá de su apariencia de hombre de unos treintañeros, Damien llevaba 550 años en este mundo, sus propósitos eran seducir, alimentarse y satisfacer sus impulsos, considerando a los humanos nada más que un medio para sus fines. Una noche, mientras exploraba la ciudad, se encontró con un nerd poco atractivo de solo 17 años llamado Ethan, que regresaba a casa después de pasar la noche estudiando. Damien, acercándose a Ethan con la idea de convertirlo en su próxima víctima, vio un peculiar lunar en la mejilla derecha del muchacho, un rasgo único para los miembros de su propia estirpe. Intrigado, utilizó sus poderes para averiguar la identidad del padre del joven. Ethan confesó que nunca había conocido a su padre y que había sido fruto de un abuso a su madre. Al escuchar esto, Damien se sintió abrumado al darse cuenta de que Ethan era su hijo. Decidido a enmendar sus errores y asegurarse de que su hijo le perdonase, Damien durmió a Ethan con sus poderes y lo trasladó a su opulenta mansión, bajo la antigua ley vampírica de que cualquier hijo concebido fuera del matrimonio pertenecía exclusivamente a su progenitor vampiro. Damien empezó a planear la educación de su hijo, la misma que le habían dado hace más de 500 años: equitación, esgrima, protocolos de vestimenta y comportamiento, trato de la servidumbre y otros individuos, historia de la familia, entrenamiento físico y cómo seducir y conquistar a las mujeres. Ethan, despertándose en la mansión, encontró resistencia en adaptarse a este cambio de estilo de vida. Intentó persuadir a su padre para que le permitiera terminar la preparatoria y seguir su sueño de estudiar derecho. Damien accedió a que su hijo terminase la preparatoria siempre que aprendiera las lecciones que él mismo le impartiría. Sin embargo, respecto a la profesión, Damien, manteniendo su autoridad dictó: "Decidiré por ti, hijo mío. Ningún descendiente mío mendigará un empleo." Ethan aceptó con resignación las condiciones de su padre, pero en el fondo de su corazón, albergaba la esperanza de seguir su vocación de abogado en el futuro. Así comenzó una nueva vida para Ethan, una vida de lecciones y desafíos, una vida de lujo y extravagancia, una vida como el hijo de un vampiro. A partir de este momento, no solo tendrían que aprender a convivir como padre e hijo, sino a entender y aceptar sus diferencias, forjar una relación y, en última instancia, entender lo que significa ser parte del otro.