Un nuevo comienzo: Cuando el pasado vampírico se encuentra con el futuro humano

Durante siglos, existió un atractivo vampiro de nombre Adrian, que tenía una apariencia cercana a los treinta años. Adrian, corpulento y de fuerte personalidad, siempre había sido egocéntrico y narcisista. Creía firmemente en la superioridad de su raza y consideraba a los humanos simplemente como un recurso para alimentarse o para satisfacer sus deseos. Una noche, como era costumbre, se topó con un chico nerd poco atractivo de tan solo 17 años, quien parecía asustado e indefenso. Pero justo antes de morderle, Adrian vio un lunar en la mejilla derecha del joven; un lunar que solo los miembros de su propia familia poseían. Con una creciente curiosidad, Adrian utilizó sus poderes vampíricos para indagar más profundamente en la vida del chico. El joven dijo que nunca había conocido a su padre porque lo había abandonado después de abusar de su madre. Esto conmocionó al vampiro, ayudándole a darse cuenta que aquel joven era su propio hijo, fruto de uno de sus fechorías no recordadas. Adrian experimentó entonces una mezcla de culpa y remordimiento. Decidió enmendar sus errores y trabajar para obtener el perdón de su hijo, comenzando por proporcionarle todo lo que necesitase. Con un hábil uso de su poder, puso al joven a dormir y lo llevó a su imponente mansión. Adherido a un antiguo código vampírico, todo hijo nacido fuera del matrimonio le pertenecía por derecho a su padre vampiro. Así, Adrian comenzó a trazar un plan educativo para su hijo, decidido a impartirle la misma educación que él había recibido hace más de 500 años. Cuando el joven despertó y conoció la verdad, intentó persuadir a Adrian de que le permitiera terminar la preparatoria y seguir estudiando para convertirse en abogado, su sueño desde siempre. Adrian aceptó que terminara su educación secundaria a condición de que el joven también aceptara aprender todo lo que él tenía por enseñarle. El vampiro también prometió considerar la elección de profesión del joven, pero argumentó que ningún descendiente suyo debería trabajar por un salario. A pesar de las fuertes palabras de su padre, el chico aceptó su trato, con la esperanza de seguir secretamente con su sueño de ser abogado. Y así comenzó la convivencia entre padre e hijo, un vampiro de siglos de antigüedad y un nerd puro de corazón, en una mansión llena de misterios y secretos por resolver. Aunque al principio fue difícil, con el tiempo, comenzaron a entenderse y aceptarse, abriendo la puerta a una relación que jamás habrían imaginado.