Un Intercambio Inesperado: Los Reveses del Destino en un Mundo de Diferencias

Una vez hubo un empleado llamado Rodrigo, de 28 años, un muchacho gordito, feo, débil y gay que sufría de bullying constante. El antagonista de su historia era su gerente: un musculoso y atractivo hombre de 29 años, con un ego enorme y una homofobia aún mayor, llamado Pedro. Pedro parecía disfrutar de cada oportunidad que tenía para humillar a Rodrigo por su aspecto y orientación sexual, lo que llevó a un testigo silencioso a tomar medidas drásticas: El mayordomo del Gerente, un hombre misterioso y observador llamado Alfredo. Alfredo decidió enseñarle una lección a Pedro, por su homofobia y su trato despiadado hacia Rodrigo, a través de un antiguo hechizo de proyección astral que había aprendido de su abuela bruja. Una noche, mientras Pedro y Rodrigo dormían, Alfredo realizó el hechizo. Su intención era simplemente intercambiar sus cuerpos, y obligar a Pedro a experimentar la vida a través de los ojos de Rodrigo, pero algo salió mal. La esencia de Pedro en el cuerpo de Rodrigo murió, debido probablemente al choque de una vida tan diferente a la suya, lo que dejó a Rodrigo permanentemente atrapado en el cuerpo del atractivo Gerente. Al despertar, Rodrigo en el cuerpo de Pedro, no podía contener su asombro al ver su nuevo reflejo en el espejo: pectorales firmes, abdominales marcados, bíceps y tríceps definidos; ahora era el sueño de cualquier hombre gay. Pero, también comenzó a notar un cambio en su personalidad, se volvía más autoritario, más narcisista, e incluso su orientación sexual parecía cambiar, atrayéndolo ahora hacia las mujeres. Rodrigo llegó a convertirse en una versión cruel de Pedro, pero los continuos consejos y apoyo de Alfredo lograron contener esa parte narcisista y abusiva del antiguo Pedro, lo que dio lugar a una amistad entre ellos. Sin embargo, esa amistad pronto dio lugar a algo más. A medida que Rodrigo, en el cuerpo de Pedro, experimentaba el cambio en su vida, no pudo evitar sentirse agradecido hacia Alfredo, no sólo por su nueva apariencia física sino por su apoyo, y a pesar de su recién descubierta atracción por las mujeres, comenzó a enamorarse de Alfredo. Años más tarde, Rodrigo y Alfredo se casaron, viviendo su felices para siempre, en una historia donde un simple empleado superó las adversidades de la mano de su salvador, descubriendo que al final, el amor se trata más de la persona, que del cuerpo que ocupamos.