Un intercambio de cuerpos inesperado: Del bully al enamorado en un mundo de cambios e identidad.

Una vez hubo dos hermanos, llamados Lucas y Ethan. Lucas, de 18 años, era un chico grande, considerado por muchos como poco atractivo. Sufría de bullying de parte de su hermano mayor Ethan, un narcisista de 19 años, apuesto, musculoso, estrella de fútbol y absolutamente heterosexual. Lucas era gay, una adicional causa de burla para Ethan. Detrás de sus respectivas formas físicas, sin embargo, ambos hermanos tenían sus propios sufrimientos y secretos. Una noche, ambos hermanos tuvieron un accidente automovilístico mientras Ethan conducía de regreso a casa después de una fiesta a la cual ambos habían asistido. En un giro misterioso, se produjo un intercambio de cuerpos. Lucas despertó en el hospital, asustado y confundido al encontrar su cuerpo transformado en el de su hermano. Ethan, en cambio, quedó atrapado en el cuerpo de Lucas y lamentablemente, a causa del impacto, no sobrevive. Lucas, ahora en el cuerpo escultural y apuesto de Ethan, estaba atónito. Se sentía como si estuviera en un sueño. Aunque al principio estaba confundido y asustado, pronto comenzó a experimentar con su nuevo cuerpo, fortaleza y características físicas atractivas. Observó que no sólo había cambiado su apariencia, sino que su personalidad también había sido moldeada por la del colegial popular. Aún así, evidentemente, seguía enamorado de los hombres. Y ahora, había una fuerza y confianza en sí mismo que nunca antes había experimentado. Fue entonces cuando Lucas, ahora en el cuerpo de Ethan, empezó a conocer mejor a Jackson, el mejor amigo de su hermano. Jackson siempre había sido amable con Lucas, a diferencia de la mayoría de los amigos de Ethan. No sólo atractivo, también demostraba ser comprensivo y respetuoso. Jackson se sintió extrañado por el cambio de comportamiento de Ethan, era como si lo conociera pero a la vez no. Con el paso de los días comenzó a sentir una atracción hacia esta nueva versión de Ethan. Por supuesto, no sabía que, en realidad, estaba enamorándose de Lucas. Lucas, disfrutando cada día más de su nuevo cuerpo y personalidad, no ocultaba su fijación en Jackson y finalmente, en un giro de cuentos de hadas, él y Jackson terminaron teniendo una relación. En fin, Lucas aprendió y creció de la experiencia. No sólo descubrió lo que era el amor, sino que también tuvo la oportunidad de vivir como su propio hermano, aprendiendo a apreciar tanto las bendiciones como las luchas de ser Ethan. La experiencia le enseñó a amarse a sí mismo, a valorar a los demás por quienes son en su interior y a entender que la verdadera belleza radica en el amor y en el respeto mutuo.