Ultraman's Uprising: Superman's Redemption Battle

En la pacífica ciudad de Metrópolis, un par de toques en la puerta principal marcaron el inicio de un destino entrelazado. Clark Kent, alias Superman, encontró un par de bebés envueltos en mantas, dejados a su puerta una fría noche de invierno. Sin dudarlo, los llevó dentro y los adoptó como suyos, brindándoles un hogar cálido y lleno de amor. Pasaron los años y los bebés, a quienes llamó Sam y Jake, se convirtieron en brillantes adolescentes. A sus 15 años, eran conocidos por su intelecto y buenos sentimientos, siempre dispuestos a ayudar a los demás. Eran el orgullo de Clark, quien les había enseñado los valores de la humildad y la nobleza. Un día, una tragedia escondida se desató. Obligado por un misterioso grupo de villanos, Superman fue sometido a una combinación letal de líquido y un anillo de kriptonita roja. Esta mezcla sacó a superficie su oscura personalidad, Ultraman, que había estado reprimida en lo más profundo de su mente. Ultraman, decidido a no deber favores, mató a quienes provocaron su extracción. Ultraman era la antítesis de Superman: cruel, narcisista, y megalómano. Sin embargo, en su retorcida mentalidad, los únicos seres que amaba y valoraba eran Sam y Jake. Decidió que el mundo debía ser suyo para darles un lugar seguro y poderoso donde podían reinar a su lado. "Mis pequeños príncipes", decía Ultraman con frecuencia, "nadie nunca os hará daño mientras yo esté aquí". Pero esta protección venía con un costo. En su delirio de poder, Ultraman se volvió extremadamente posesivo y controlador. Los momentos de cariño y amor se convertían en sofocantes y rígidos. Un día, sus hijos abrazaron a su amigo de toda la vida, Leo, durante una visita. Los celos de Ultraman estallaron. Tomó a Leo y con fría brutalidad lo sometió a terribles torturas delante de Sam y Jake. "Así termina cualquiera que se atreva a tocar lo que es mío", dijo Ultraman con una sonrisa sádica. "Pero ustedes nunca deben temer, siempre los protegeré". Y con esto, los abrazó con una sinceridad que solo incrementó su confusión y terror. Con el corazón pesado, Sam y Jake decidieron que debían salvar a su verdadero padre, el bondadoso Clark Kent. Empezaron a investigar el origen del cambio en su padre, usando sus habilidades de investigación y su conocimiento nerd para buscar respuestas. Encontraron en las notas y archivos de la computadora de Clark la verdad sobre la corrupción causada por la kriptonita roja y el líquido misterioso. Decidieron que su única opción era revertir el proceso. Contactaron a viejos aliados de Superman, como Batman y Wonder Woman, quienes acordaron ayudarlos. Con valentía, se infiltraron en el laboratorio de los villanos caídos para encontrar un antídoto y una forma de retirar la kriptonita roja. Finalmente, con Jake distrayendo a Ultraman con una falsa emergencia y Sam con la creación de una máquina dispuesta por Batman, lograron inyectarle el antídoto a surtir efecto. Ultraman, lleno de rabia y dolor, luchó con todas sus fuerzas. Pero la mirada determinada y el amor inquebrantable de sus "pequeños príncipes" rompió la atadura del mal. Clark Kent cayó de rodillas, libre nuevamente, mientras las lágrimas corrían por su rostro. "Papá", murmuraron Sam y Jake, abrazando al hombre que siempre admiraron. "Estamos aquí". Desde ese día, ambos jóvenes crecieron con mayor resolución para ser dignos del enorme sacrificio y amor que su padre les había demostrado, recordando siempre la fuerza del amor y la bondad sobre la oscuridad y el mal.