Ultraman's Legacy: Possessive Love in a World of Power

Una fría noche invernal en Metrópolis, Clark Kent, alias Superman, regresaba a su apartamento después de una larga jornada protegiendo la ciudad. Al abrir la puerta de su apartamento, se encontró con una sorpresa que cambiaría su vida para siempre: un bebé recién nacido, envuelto en una manta y depositado cuidadosamente en una canasta. Clark, sorprendido y visiblemente emocionado, recogió al bebé, quien lo miró con ojos grandes y curiosos. Conmovido por la inocencia de aquel pequeño ser, Clark decidió adoptarlo como suyo y le puso el nombre de Alexander. Pasaron los años y, gracias a la educación de su padre, Alexander creció con valores firmes, convirtiéndose en un joven nerd, noble y de buenos sentimientos. A sus 16 años, Alex era conocido por su inteligencia y bondad, influenciado fuertemente por el ejemplo de su padre adoptivo. Pero el destino tenía otros planes. Una noche, mientras Superman patrullaba las calles, fue emboscado por un grupo de científicos que habían trabajado en secreto durante años para crear una extraña versión de la kryptonita roja. Forzaron a Superman a ingerirla, desatando así a su alter ego, el malvado y despiadado Ultraman. Ultraman, liberado de las restricciones morales que contenían a Clark, asesinó sin piedad a los científicos. Sin embargo, en lo profundo de su mente corrupta, permanecía una constante: el amor incondicional que sentía por su hijo Alexander. Pero aquel amor se había distorsionado, volviéndose posesivo y controlador. Ultraman juró que jamás permitiría que nadie se interpusiera entre él y su hijo, llegando al extremo de estar dispuesto a asesinar a cualquier intruso. Alexander notó los cambios casi de inmediato. El hombre cariñoso y protector que él conocía se había transformado en una figura dominante que trataba de aislarlo del mundo. Mientras crecía la preocupación de Alex, también aumentaba su determinación para salvar a su verdadero padre. Utilizando su ingenio y conocimientos adquiridos, Alex desarrolló un antídoto específico para neutralizar los efectos de la kryptonita roja. Enfrentándose a Ultraman, Alex logró administrarle el antídoto. Superman, con su verdadera personalidad restituida, le pidió perdón a su hijo, rogándole que lo comprendiera y creyera en su arrepentimiento. Alex, con el corazón lleno de amor y esperanza, abrazó a su padre adoptivo, convencido de que todo había vuelto a la normalidad. Sin embargo, poco sabía Alex del oscuro secreto que residía aún dentro de su padre. Una noche, al mirarse en el espejo del baño, Superman se dio cuenta de que no estaba completamente libre. Ultraman, con una sonrisa siniestra, susurró al reflejo en el espejo: "Fue fácil hacerles creer que el patético Clark Kent había regresado. No saben que sigue encerrado en mi mente. El poderoso Ultraman sigue aquí, vigilante. Hijito mío, he perdonado este intento de eliminarme porque te amo. Pero encontraré la manera de que olvides a ese inútil de Kent. Yo soy tu verdadero padre. Él fue intruso, y por eso lo detesto." La lucha interna continuaría, pero la dualidad de Superman y Ultraman estaba lejos de resolverse, siendo el amor por Alexander el único hilo fino que influenciaba la batalla en su mente. Sin embargo, el joven Alexander, lleno de coraje y amor, no dejaría de luchar por su verdadero padre, aunque el coste fuese enfrentarse a la sombra más oscura de su héroe.