Ultraman: El Reinado Oscuro de la Paternidad Tirana

En las vastas llanuras de Smallville, donde el viento susurra historias de heroísmo y el cielo se tiñe de azul profundo, se erguía una casa solitaria. Esa casa ocultaba secretos que iban más allá de la comprensión humana, secretos que se desvelarían de una manera muy oscura y estremecedora. Habían pasado quince años desde que Clark Kent, conocido por el mundo como Superman, encontró a dos recién nacidos abandonados en la entrada de su hogar. Los acogió sin dudar, criándolos como propios y dotándolos de su amor incondicional. Los niños, llamados Jonathan y Michael, se convirtieron en adolescentes nerds, nobles y de corazón puro, que veían a su padre como un modelo de bondad y justicia. Sin embargo, el destino tenía otros planes. Una trampa urdida por mentes perversas condujo a Superman a una situación de peligro. Un líquido tóxico y un anillo de kriptonita roja obraron un cambio insidioso en su psique. La oscura personalidad de Ultraman, encerrada durante tanto tiempo, se liberó con furia avasalladora. En un alarde de su brutalidad, Ultraman eliminó a quienes lo desataron; no quería deber favores a nadie. Ultraman, ególatra, narcisista y cruel, se lanzó a la conquista del mundo. Sin embargo, en el rincón más recóndito de su corazón pervertido, existía un afecto genuino por Jonathan y Michael, quienes habían crecido bajo la mirada vigilante de Clark. Los adolescentes, consternados por el drástico cambio en su padre, veían cómo la nobleza de Clark se transformaba en la crueldad despiadada de Ultraman. Ultraman demostraba un amor posesivo y controlador hacia ellos. La violencia irracional se evidenció un día cuando Ultraman, en un acto de feroz celos, torturó al amigo de sus hijos al verlo abrazándolos. "Esto les pasa a cualquiera que se atreva a tocar lo que es mío," advirtió Ultraman, sosteniendo a sus hijos con un abrazo intenso. "Tranquilos, mis pequeños, papá nunca les hará daño. Siempre los protegeré." Mientras Ultraman trazaba su plan para conquistar el mundo, Jonathan y Michael, con corazones afligidos, decidieron buscar una forma de liberar a su verdadero padre. Investigaron sin cesar, deseando devolver la humanidad a quien una vez fue su héroe. Meses transcurrieron y Ultraman había subyugado naciones enteras, declarándose rey y a sus hijos como príncipes. Sin embargo, los jóvenes continuaban su búsqueda de salvación, aún sin saber que su padre oscuro había dispuesto vigilancia sobre cada uno de sus movimientos. Un día, Ultraman recibió noticias en su oficina. Su rostro se oscureció con una mezcla de furia y posesividad al enterarse de que las novias de Jonathan y Michael estaban embarazadas y no querían que ellos estuvieran presentes en el nacimiento de los bebés. Ultraman, en un arrebato de ira, dictó una orden temible: "Traigan a ese par de mujeres aquí. Serán prisioneras hasta que den a luz. Luego, les quitaremos los bebés y se los daremos a mis hijos. ¡Nadie les quita nada a mis hijos!" Mientras los engranajes de un destino sombrío giraban, los jóvenes, ajenos por completo a la infame trama de su padre adoptivo, continuaban su lucha desesperada por revertir el mal. Debían hallar la manera de liberar a Clark Kent de las garras de Ultraman y restaurar la paz y la bondad en el hombre que aún creían podía ser su padre. Y así, en un mundo oscuro donde la esperanza titilaba tenuemente, Jonathan y Michael se prepararon para enfrentar el mayor desafío de sus vidas, con la esperanza de que el amor y la justicia prevalecieran sobre la dominación y el terror de Ultraman.