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Question: Escribe una historia en la que un nerd feo y debil de 17 años que sufre bullying de parte del entrenador musculoso, egolatra, atractivo, millonario y narcisista de 33 años, un dia el nerd al comprar una lampara que sin saber cumplia cualquier deseo, dijo sin pensar: deseo que el entrenador sea mi padre posesivo, protector y controlador, el sin saberlo la lampara cumplio el deseo, cuando el nerd se desperto al dia siguiente en una habitacion elegante que no era la suya y que era totalmente contraria a su personalidad y vio al bajar a desayunar que su padre era el entrenador, el entrenador al verlo sonrio cariñosamente y dijo: buenos dias hijo, ya desayunaremos el desayuno que la criada nos hizo esto ultimo en un tono despectivo dirigido a la criada que en realidad era la madre del nerd, en esta realidad la madre del nerd al saber que iba a tener un hijo del entrenador le pidio ayuda economica, el entrenador al saber que iba a ser padre se puso feliz y decidio friamente que su hijo solo seria de el y que no tendria madre, el no iba a permitir que una mujer pobre fuera madre de su heredero y obligo a la mujer que si queria ver crecer al pequeño que mantuviera las distancias y eso sucedio, volviendo al presente el entrenador le dijo ya nos vamos a la prepa hijo, recuerda hijo que en la prepa soy tu profesor, estoy orgulloso de tus calificaciones, empezaremos a entrenar tu fisico para que seas fuerte y tengas un gran futuro, despues de decirlo lo abrazo paternalmente, despues de abrazarlo le dijo a la criada levanta los platos y limpia la mansion, esta noche celebraremos tu premio hijo que recibiste en las olimpiadas matematicas del estado, dime que deseas hijo te lo dare todo lo que me pidas sera tuyo.En esta nueva realidad el nerd descubrio que el entrenador era amoroso y muy protector con el, con los demas seguia siendo el mismo de siempre, el nerd desconocia que su nuevo padre era muy posesivo y controlador con las amistades del nerd, solo se podian acercar al nerd si eran aprobados por su padre, el buscaba y sabia que era lo mejor para su hijo.
Había una vez un joven de 17 años llamado Daniel, un chico nerd, feo y débil que siempre había sido víctima de bullying. La principal fuente de su infelicidad era el entrenador de la escuela, Marcos, un hombre musculoso, atractivo, millonario y narcisista de 33 años que disfrutaba humillando a Daniel. Un día, en uno de sus paseos solitarios, Daniel encontró una antigua tienda de antigüedades. Entre los objetos polvorientos, una lámpara llamó su atención. No sabía que esa lámpara cumplía deseos, pero, recordando su sufrimiento, murmuró sin pensar: "Deseo que el entrenador sea mi padre posesivo, protector y controlador." Al regresar a casa, Daniel fue directo a su cama, agotado por las emociones del día. A la mañana siguiente, al abrir los ojos, se dio cuenta de que estaba en una habitación elegante y completamente diferente a la suya. Confuso, se levantó y se sorprendió al ver que su entorno no coincidía con su humilde realidad. Mientras bajaba las escaleras, el aroma de un desayuno gourmet lo recibió. Al llegar al comedor, encontró una mesa perfectamente puesta y al entrenador Marcos, quien al verlo sonrió cariñosamente. —Buenos días, hijo —dijo Marcos con una sonrisa paternal que Daniel nunca había visto antes en su vida—. Ya desayunaremos el desayuno que la criada nos hizo —añadió con un tono despectivo, dirigiéndose a la mujer que servía el café, quien, para consternación de Daniel, era su madre. En esta nueva realidad, Daniel descubrió que su madre había acudido a Marcos en busca de ayuda económica cuando supo que estaba embarazada. Marcos, al enterarse de que iba a ser padre, había decidido fríamente que su hijo solo sería suyo, apartando a la madre, a quien permitía ver a su hijo bajo la estricta condición de mantener las distancias con él. —Ya nos vamos a la prepa, hijo. Recuerda que en la prepa soy tu profesor —continuó Marcos, reflejando un orgullo paternal en su voz—. Estoy orgulloso de tus calificaciones. Empezaremos a entrenar tu físico para que seas fuerte y tengas un gran futuro —dicho esto, Marcos abrazó a Daniel, algo inesperado para él. Después del abrazo, Marcos se dirigió nuevamente a la madre de Daniel, ya en su papel de criada. —Levanta los platos y limpia la mansión. Esta noche celebraremos el premio de mi hijo, que recibió en las olimpiadas matemáticas del estado. Dime, hijo, ¿qué deseas? Te daré todo lo que me pidas —dijo con una sonrisa que Daniel jamás había visto en su rostro. A medida que pasaban los días, Daniel descubrió que Marcos era amoroso y muy protector con él, aunque seguía siendo el mismo déspota con los demás. Poco a poco, Daniel notó que la protección de Marcos rayaba en la posesividad y el control excesivo. Marcos aprobaba todas las amistades y actividades de Daniel, buscando lo que él creía mejor para su hijo. Pese a la extraña y controladora relación que surgió, una parte de Daniel comenzó a sentirse segura y querida por primera vez en mucho tiempo. Sin embargo, el precio de esta seguridad era su libertad, y eso era algo con lo que tendría que aprender a lidiar mientras navegaba por su nueva y confusa realidad, donde su mayor enemigo se había convertido en su protectivo y posesivo padre.
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