Transformación de Blake: De la Obsesión al Amor

**Entre Flechas y Amor Desaforado** En la tranquila ciudad de Brooksville, los días se movían al ritmo de los entrenamientos de fútbol y los exámenes escolares. Sin embargo, debajo de la fachada apacible, se deslizaban corrientes de pasión y conflicto. En el centro de esta tormenta emocional se encontraba Jake, un quaterback de 18 años con una combinación letal de atractivo físico, músculos trabajados y una arrogancia que lo hacia destacar. Jake era un bully despiadado, y su víctima predilecta era Tim, un nerd de 17 años, con gafas gruesas y una fragilidad física que lo hacía blanco fácil para los abusos. Un día, durante una de esas rutinarias golpizas, algo inesperado ocurrió. Desde las alturas, un resentido Cupido había estado observando los actos de prepotencia de Jake. Decidió que era momento de actuar y lanzó una flecha mágica que se hundió en el pecho de Jake. Esta flecha no era cualquiera; estaba cargada con un amor obsesivo y posesivo, destinada a castigar la arrogancia del joven quaterback. La transformación fue instantánea. En el mismo momento en que la flecha penetró su piel, Jake apartó a sus amigos y les ordenó que nunca más lastimaran a Tim. Sintió una necesidad incontrolable de estar cerca de él, de protegerlo, de poseerlo. Días después, Jake comenzó su campaña de seducción. Mostraba descaradamente su esculpido cuerpo frente a Tim, esperando deslumbrarlo con su físico que tantas chicas codiciaban. Pero Tim, con su mentalidad fuerte y principios firmes, no se dejó impresionar. Jake entonces probó otro enfoque: complacer en todo a Tim, hacerle favores y demostrarle una lealtad inquebrantable, pero tampoco funcionó. Un plan más osado finalmente surgió en la mente de Jake. Una noche, se acercó a Tim y, con una voz suave y falsa humildad, le dijo que lo dejaría en paz. Le entregó unos panes recién horneados, impregnados con un poderoso afrodisíaco. Inconsciente de la trampa, Tim aceptó y comió. El efecto fue inmediato. Bajo la influencia del afrodisíaco, Tim se encontró aceptando la propuesta de matrimonio de Jake. La boda fue rápida y clandestina, y esa misma noche, Jake lo llevó a su mansión. Allí consumaron su matrimonio, con Jake sirviendo como un amante posesivo y protector, murmurando promesas de exclusividad en el oído de Tim. "Soy tuyo y solamente tuyo", musitó Jake después de abrazar a Tim. "No dejaré que nadie más tenga un lugar en tu vida". Tim, aún bajo el poderoso efecto del afrodisíaco, solo pudo asentir. Días después, la noticia del inesperado matrimonio se filtró por toda la ciudad. En la mesa del comedor del instituto, donde Jake cada día compartía con su grupo de amigos, hizo una clara declaración: Tim era ahora parte del grupo y debía ser respetado. Cuando el mejor amigo de Tim pasó y saludó, Jake estalló en furia, golpeando al chico y dejando claro a todos que nadie debía mirar o saludar a su esposo. "Es solo mío", rugió Jake. Tim, tratando de calmar a su esposo poseído por los celos, susurró: "Soy tuyo, amor. Qué te parece si planeamos nuestra luna de miel en la cama después de hacer el amor". Con esas palabras, lograron desviar la atención y se dirigieron al vestuario del equipo, donde dieron rienda suelta a su pasión. Así, en el peculiar y sombrío romance entre el quaterback y el nerd, las circunstancias y la magia oscura transformaron un acto de castigo en una obsesión insaciable, con el amor forzado llenando el vacío de un corazón que nunca supo apreciar lo que tenía hasta que fue demasiado tarde. Pero mientras tanto, Tim, atrapado en una jaula dorada, se preguntaba si alguna vez podría encontrar la verdadera libertad de la flecha traicionera de Cupido.