Título: **Transformación: De la Inseguridad a la Confianza**

Ana había pasado la mayor parte de sus 17 años sintiéndose invisible. Su pasión por los libros de ciencia ficción y las matemáticas la habían etiquetado como la chica nerd del salón. Además, su cuerpo robusto y su piel marcadamente imperfecta la convirtieron en el blanco preferido de Javier, el chico más popular del instituto. Alto, musculoso y con una arrogancia desbordante, Javier no perdía la oportunidad de hacerle la vida imposible. Una noche, tras un día especialmente duro en la escuela, Ana se derrumbó en su cama, agotada. Cerró los ojos, deseando con todo su corazón ser alguien más, alguien que no tuviera que soportar las crueles burlas de Javier. Al día siguiente, abrió los ojos y todo había cambiado. Se encontraba en una habitación que no reconocía, con posters de bandas de rock y trofeos de diversos deportes adornando las paredes. Se tambaleó al levantarse, y cuando miró en el espejo, un grito ahogado escapó de sus labios. Reflejado en el espejo estaba el rostro de Javier. Saltó hacia atrás, horrorizada al principio, y miró sus manos y su cuerpo. Era él. De alguna manera inexplicable, se había despertado en el cuerpo de su bully. El primer impulso de Ana fue sentir asco al verse como Javier. Todo en él le era repulsivo: su arrogancia, su superficialidad, su energía brutal. Sin embargo, la necesidad de disimular lo que había pasado la mantuvo en línea. Intentó comportarse lo más parecido a él, imitando su andar seguro y su forma de dirigirse a los demás con condescendencia. Los días pasaron y, curiosamente, Ana empezó a descubrir cosas que antes le eran imposibles. Sentir la fuerza de unos músculos bien desarrollados, ser saludada con admiración y deseo, e incluso la admiración que recibía en los vestuarios por parte de los otros chicos le dio una perspectiva completamente nueva de la vida. Comenzó a jugar con la idea de mantenerse como Javier. Disfrutaba de la atención y del respeto que le acompañaban ahora. Pero más que nada, disfrutaba de la libertad de ser quien realmente quería ser. Poco a poco, se acomodó en su nuevo rol, encontrando placer en la vida despreocupada de un hombre atractivo y poderoso. Un día, se enfrentó a su verdadero yo, el cuerpo de Ana, y decidió que no volvería atrás. Ante todos los demás, Javier empezó a defender a Ana, utilizando su influencia para que los demás también dejaran de molestarla. Ana, todavía en el cuerpo de Javier, comenzó a mejorar su propia vida desde dentro. Finalmente, aceptó que ser Javier le daba una posición que nunca había imaginado poder alcanzar. Y así, Ana en el cuerpo de Javier decidió permanecer como la persona en la que se había transformado, encontrando una extraña pero satisfactoria paz en su nueva identidad.