Title: The Shadow of Red Kryptonite

Un frío amanecer tocaba las puertas de Metrópolis cuando Clark Kent, alias Superman, escuchó un débil llanto proveniente de la entrada de su departamento. Abriendo la puerta, encontró a un bebé recién nacido, envuelto en una manta simple, abandonado y temblando de frío. Sin dudarlo, lo recogió y lo llevó a su interior, cubriéndolo con ternura. Clark decidió adoptar al bebé como su propio hijo, dándole el nombre de Jonathan en honor a su propio padre. A lo largo de los años, crió a Jonathan con amor, paciencia y enseñanzas sobre la importancia de la bondad, la justicia y la integridad. Jonathan creció para ser un joven de buenos sentimientos, noble de espíritu y con un claro sentido del deber, aunque también era algo nerd, con un profundo amor por la ciencia y la tecnología. Un día, en medio de una misión de rescate, Superman fue capturado por un grupo de científicos renegados que querían experimentar con él para desentrañar los secretos de sus poderes. Utilizando una extraña variedad de kriptonita roja, lograron hacerlo ingerir una dosis de la peligrosa sustancia. Estos científicos pagaron con sus vidas, pues la kriptonita roja transformó a Superman en una versión oscura de sí mismo: malvado, cruel, arrogante, narcisista y calculador. La compasión y la moralidad que una vez lo definieron quedaron enterradas bajo una ola de oscuridad. Superman asesinó a los científicos sin piedad, sin embargo, un sentimiento persistió inmutable, aunque distorsionado: su amor por Jonathan. Bajo la influencia de la kriptonita roja, ese amor se volvió posesivo y controlador. Superman se convenció de que debía proteger a Jonathan de todo y todos, sin importar el costo. Prohibió cualquier tipo de interacción cercana entre Jonathan y otras personas, creyendo que solo él podía mantenerlo seguro. Todo intento de amistad o relación amorosa era sofocado y, en ocasiones, Superman interceptaba a aquellos que se acercaban demasiado, usando métodos que Jonathan nunca llegaría a sospechar. Jonathan, aunque desconcertado por el cambio en su padre, continuaba su vida con dedicación a sus estudios y sueños. Era brillante y empezaba a notar las incongruencias en el comportamiento de Superman, decisiones autoritarias y acciones que antes no coincidían con los principios que le había enseñado. Creed, el mejor amigo de Jonathan, notó también la creciente opresión y le sugirió investigar silenciosamente la causa del cambio. La investigación llevó a Jonathan y Creed a descubrir pistas sobre la kriptonita roja y sus efectos. Con determinación, Jonathan decidió confrontar a Superman en su propia fortaleza. El enfrentamiento fue emocionalmente intenso, mostrando a un Jonathan en conflicto entre el amor por su padre y el deseo de liberarlo de la corrupción. —Papá, esto no eres tú —gritó Jonathan con lágrimas en los ojos—. Sé que hay una parte de ti que aún puede escucharme. Recuerdas lo que me enseñaste sobre la bondad y la justicia. Superman, aunque confuso por un momento, luchó contra sus impulsos oscuros, pero la influencia de la kriptonita roja seguía siendo fuerte. —Jonathan, te protegeré de todos ellos, de cualquier fuerza que trate de apartarte de mí —dijo Superman con voz severa. Fue entonces cuando Jonathan presentó una muestra de kriptonita verde, confiando en que su dolor físico podría desencadenar cambios en su mente. Clavó la mirada en su padre con una mezcla de amor y dolor, dispuesto a hacer lo necesario por recuperarlo. La kriptonita verde tuvo un efecto inmediato, debilitando a Superman físicamente y permitiendo una lucha interna entre su lado oscuro y su verdadero yo. Finalmente, con un grito de esfuerzo supremo, Superman logró liberar su mente de la influencia maligna de la kriptonita roja, colapsando en el suelo en un agotamiento total. Con la ayuda de otros héroes y científicos aliados, lograron purgar completamente los efectos residuales de la kriptonita roja de su sistema. Superman, ahora restaurado, abrazó a Jonathan con profunda gratitud y dolor por el sufrimiento causado. Prometió que nunca permitiría que algo así volviera a suceder. Así, padre e hijo reconstruyeron su relación sobre la base del amor, la confianza y la comprensión, preparados para enfrentar juntos cualquier desafío futuro.