Title: Nick Walker's Redemption

**Título: Retorno de la Redención** En la preparatoria Westwood, el joven nerd de 16 años, Alex Walker, era constantemente el blanco de las burlas. No solo por parte de los jugadores de fútbol americano, sino también de su propio padre, Nick Walker, el atractivo y musculoso entrenador de gimnasio que, a sus 30 años, se jactaba de su físico y de su éxito con las mujeres. Para Nick, Alex no era más que una decepción, un recordatorio constante de su propio fracaso como padre y como hombre. Nick nunca estuvo dispuesto a aceptar que alguien tan débil y poco agraciado llevara su sangre. Alex, por otro lado, soportaba el dolor en silencio. Sufría de una condición cardíaca que mantenía en secreto, incluso de su despiadado padre. Sus días en la preparatoria eran una mezcla de soledad e interminable tortura. Tenía solo una luz en su vida: su enamoramiento por una chica de 17 años, Emma. Un buen día, Nick descubrió el interés de Alex por Emma y concibió un plan cruel para humillarlo aún más. Ofreció a Emma una cita y una relación a cambio de que ella fingiera estar enamorada de Alex durante tres meses. Emma, seducida por la atención del atractivo entrenador, aceptó sin titubear. Durante meses, Emma jugó a ser la novia perfecta, mientras Alex, ajeno a la verdad, estaba más feliz que nunca. Pero todo esto fue un cruel juego que puso en marcha la tragedia. Un día, guiado por el instinto, Alex siguió unos ruidos hasta encontrar a su padre y Emma en un encuentro íntimo. Su corazón, ya frágil, no pudo soportar la traición. Nick, sin compasión, se burló de él: "¿Creíste que ella estaría con un perdedor como tú?" Las crueles palabras de su padre fueron la chispa que detonó el infarto que acabaría con su vida. Alex cayó al suelo y, al ver la gravedad de la situación, Nick lo llevó de inmediato al hospital, donde los médicos lo ingresaron a cuidados intensivos. Por primera vez en su vida, Nick sintió una punzada de culpa y remordimiento. Se dio cuenta del inmenso daño que había causado. Entró a la habitación de Alex, cuyas fuerzas se extinguían, y le escuchó decir con voz débil: "Sé que moriré pronto, acepto mi destino. Tú me hiciste mucho daño, pero no me quiero ir sintiendo odio... Te perdono, Nick Walker." Con estas palabras, Alex exhaló su último suspiro. La muerte de Alex fue un golpe devastador para Nick. Lloró desconsoladamente, abrazando el cuerpo inerte de su hijo. Cuanto más lloraba, más crecía el vacío en su corazón. El karma había cobrado su precio, y todo lo que una vez tuvo sentido en la vida de Nick se desmoronó. Despedido de su trabajo y rechazado por todos, Nick no volvió a ser contratado. La culpa y el dolor le arrebataron la razón, y pronto, se convenció de que su hijo aún estaba vivo. Charlaba y hacía actividades imaginarias con él, hasta que finalmente fue ingresado en un manicomio. Seis meses después, Nick salió del hospital mental y fue directo a la tumba de Alex. Entre lágrimas y súplicas, pronunció palabras de arrepentimiento y ofreció su alma por volver a ver a su hijo con vida. De repente, un demonio se materializó frente a él. "¿Harias lo que ofreces? Yo puedo concederte lo que dices", susurró el demonio. Desesperado y sin dudarlo, Nick aceptó el trato. De repente, el tiempo retrocedió un mes antes de la muerte de Alex. Al abrir los ojos, encontró a su hijo durmiendo tranquilamente en su cama. Una profunda emoción lo invadió; esta vez haría las cosas bien. Nick se apresuró a deshacer el trato con Emma, utilizando uno de los jugadores de fútbol como chivo expiatorio para cubrir su propia implicación. Evitó cualquier situación que pudiera poner en peligro la frágil salud de su hijo y, por primera vez, lo consoló y lo trató con verdadero cariño y respeto. Sorprendido y confundido por los cambios en su padre, Alex comenzó a disfrutar del tiempo que pasaban juntos. Lentamente, la relación rota empezó a sanar. Nick estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para ganar el amor y la confianza de su hijo. No se permitía cometer los mismos errores, decidido a proteger a Alex y a valorarlo por lo que era: su hijo. Y así, en una segunda oportunidad concedida por las fuerzas de lo sobrenatural, Nick demostró que incluso los corazones más endurecidos pueden aprender a amar y que la redención no es imposible, siempre y cuando estés dispuesto a pagar el precio.