"The Prince of Hell: A Desired Boy's Story"

En una noche cubierta por un manto de estrellas, un joven de 14 años, llamado Samuel, miraba melancólicamente al cielo desde el tejado de su humilde casa. Samuel sufría de bullying constantemente y la ausencia de sus padres solo hacía las cosas más difíciles para él. Sus días estaban llenos de heridas físicas y psicológicas, pero en esa noche, una estrella fugaz atravesó el firmamento, y Samuel, con lágrimas en los ojos, expresó su deseo más profundo. "Quiero un padre que me ame, alguien fuerte y poderoso como Lucifer Morningstar." A la mañana siguiente, Samuel se despertó en una cama cómoda en una habitación lujosa. Confundido, se levantó y exploró el lugar hasta que encontró a Lucifer Morningstar, el mismo rey del infierno de la serie que tanto admiraba, preparándole el desayuno. "Buenos días, hijo. El desayuno está listo. Debes comer bien," le dijo Lucifer con una sonrisa afectuosa. Samuel, impresionado, se quedó inmóvil al ver a Lucifer, el rey del infierno, actuando como un padre amoroso. No podía creer que el personaje que había visto en la serie ahora estaba a su lado, tratándolo con cariño y atención. Lucifer, que había encontrado a Samuel abandonado cerca de su apartamento lujoso cuando era solo un bebé, lo había adoptado y criado como un padre protector y amoroso. Sin embargo, debido a su naturaleza egocéntrica y egoísta, Lucifer era extremadamente posesivo y celoso del amor de su hijo. No iba a permitir que nadie se interpusiera entre él y su pequeño príncipe. Lucifer había ordenado a varios de sus demonios vigilar a Samuel constantemente e informarle si alguien se atrevía a acercarse amorosamente a él. Si alguien se atrevía a cruzar esa línea, primero los amenazaba, y si eso no funcionaba, los torturaba y asesina sin piedad. Nadie, absolutamente nadie, podía robarse un espacio en el corazón de su hijo. En esta realidad alternativa, cuando Samuel tenía solo dos años, Lucifer lo había coronado como su heredero y príncipe del infierno en una ceremonia grandiosa. Aunque Samuel no entendía completamente las implicaciones de eso, sabía que su "padre" era extremadamente poderoso y tenía planes para él. A pesar de su naturaleza infernal, Lucifer se esforzaba por mantener a Samuel alejado de su vida nocturna y su verdadera identidad. No quería que su hijo descubriera que dirigía un bar y era el rey del infierno. Como el tiempo pasó, Samuel fue creciendo bajo la atenta mirada de su padre demoníaco. Sentía una mezcla de amor y miedo por Lucifer. Por un lado, era el padre que siempre había deseado, protegiéndolo de todo mal. Por otro, sabía que algo oscuro y terrible acechaba siempre al borde de su vida. Samuel comenzó a darse cuenta de la verdadera naturaleza de su padre y de los peligros que esto conllevaba. A pesar del amor excesivo y las barreras protectoras, Samuel no podía ignorar los rumores y las extrañas desapariciones de aquellos que se acercaban demasiado a él. Una noche, decidido a enfrentar la verdad, Samuel confrontó a Lucifer. "Papá, sé que eres más de lo que dejas ver. ¿Por qué actúas de esta manera?" Lucifer, aunque dolido por la confrontación, miró a su hijo con sinceridad. "Hago lo que hago para protegerte, Samuel. No permitiré que nada ni nadie te haga daño." "Pero, ¿a qué costo, padre?" replicó Samuel. "No quiero vivir en un mundo donde las personas desaparecen solo porque me aprecian." Lucifer suspiró profundamente, dándose cuenta de que su posesividad podría alejar a su hijo. "Tienes razón, hijo. Tal vez he sido demasiado protector. Pero recuerda, todo lo que hago, lo hago por ti." Samuel abrazó a su padre, entendiendo su amor pero también reconociendo la necesidad de cambio. "Te amo, papá. Pero necesitamos encontrar una manera de vivir sin tanto miedo." Así, Lucifer, con el corazón lleno de esperanza y temor, comenzó a cambiar sus métodos. Aunque su naturaleza seguía siendo oscura, el amor por su hijo lo impulsó a buscar un equilibrio. Padre e hijo continuarían su viaje juntos, aprendiendo a vivir con sus propias sombras mientras buscaban un futuro donde reinarían el amor y la comprensión, incluso en el rincón más oscuro del infierno.