The Prince of Darkness: A Fulfilled Wish

### Deseo Concedido En una tranquila noche de verano, Tomás, un joven nerd de 14 años, observaba las estrellas desde la azotea del orfanato. No tenía padres, y sufría constantemente de bullying en la escuela debido a su apariencia y su debilidad física. Las palabras crueles de sus compañeros y la soledad eran su única compañía. —Desearía tener un padre que me protegiera y me amara —susurró al ver una estrella fugaz cruzar el cielo. A la mañana siguiente, Tomás despertó en un lugar completamente nuevo. Su pequeña cama en el orfanato había sido reemplazada por una cama King size en un apartamento lujoso de Los Ángeles. La confusión lo inundó hasta que una voz cálida y segura rompió el silencio. —Buenos días, hijo —dijo una figura alta y elegante en la puerta. Tenía una sonrisa encantadora y un aire de poder. Era Lucifer Morningstar. Tomás reconoció al instante al personaje de su serie favorita, "Lucifer". Había deseado tener un padre así, pero nunca imaginó que su deseo se haría realidad. Lucifer se acercó y lo abrazó suavemente, un abrazo que Tomás había anhelado toda su vida. —Desde ahora, estarás a salvo y cuidado, mi príncipe —le dijo Lucifer. Lucifer, el rey del infierno, había decidido dejar su vida infernal atrás y residir en la Tierra para ser el padre que Tomás necesitaba. Se volvió extremadamente protector y amoroso, aunque su naturaleza egocéntrica y posesiva también resplandecía. No quería compartir el amor de su hijo con nadie. Con el tiempo, Tomás comenzó a adaptarse a su nueva vida. Lucifer le compró la mejor tecnología, libros y lo inscribió en una escuela prestigiosa. Pero Lucifer no dejaba espacio para nadie más en el corazón de Tomás. Lucifer tenía un séquito de demonios que vigilaban a Tomás todo el tiempo. Informaban cualquier acercamiento de otros humanos con intenciones románticas hacia el joven. Cada vez que alguien mostraba interés en Tomás, Lucifer intervenía de manera intimidante. Si las amenazas no eran suficientes para alejar a los pretendientes, recurriendo a su naturaleza demoníaca, torturaba y asesinaba a aquellos que osaban acercarse a su hijo. Tomás notaba que sus pretendientes desaparecían misteriosamente, y una parte de él empezaba a sospechar. Pero Lucifer siempre lograba calmar sus miedos con mentiras bien elaboradas y su incansable amor paternal. Una tarde, mientras revisaba unos papeles, Tomás encontró un documento olvidado con una lista de nombres. Los reconoció: eran las personas que habían mostrado interés en él y luego desaparecieron. Con el corazón palpitando, confrontó a su padre. —Papá, ¿qué es esto? —preguntó, sosteniendo el papel con manos temblorosas. Lucifer lo observó con tristeza, pero también con resolución. —Todo lo que he hecho, lo he hecho por ti, mi príncipe. No permitiré que nadie te lastime o me arrebate tu amor. Eres mi mundo. Tomás se dio cuenta de la intensidad del amor posesivo de su padre. Era un amor que protegía y a la vez sofocaba. La verdad era aterradora y, a la vez, reconfortante. Sabía que su padre haría lo que fuera para mantenerlo seguro, aunque eso significara quedarse solo. Con el tiempo, Tomás aprendió a manejar la situación. Decidió mantener a su padre feliz, siendo consciente de sus límites y agradecido por el amor, aunque retorcido, que Lucifer sentía por él. En su corazón, comprendió que los deseos a veces se cumplen de maneras inesperadas y que, a veces, el amor puede ser una prisión dorada y peligrosa. ### Fin