The Nerd's Desire

**El deseo inesperado** En un pequeño rincón de la ciudad, vivía un joven llamado Lucas. A sus 14 años, Lucas era conocido por ser un estudiante brillante, un verdadero nerd con una profunda pasión por la ciencia y los videojuegos. Sin embargo, su vida no era fácil; como huérfano, había aprendido a valerse por sí mismo en una sociedad que a menudo lo ignoraba. Además, era blanco constante de burlas y maltratos, especialmente del musculoso y atractivo Nick Walker, un fisiculturista de 30 años que trabajaba como entrenador en el gimnasio de su preparatoria. Lucas sufría en silencio, esforzándose día tras día por no llamar la atención de Nick. No entendía por qué un adulto como Nick se empeñaba en hacerlo sentir miserable. Se refugiaba en sus libros, sus videojuegos y sus sueños, esperando algún día encontrar un lugar donde pudiera ser feliz y aceptado. Una tarde, mientras recorría una tienda de antigüedades en busca de una escapatoria al bullicioso y cruel mundo exterior, encontró una lámpara peculiar y antigua. Sin pensarlo dos veces, la compró y la llevó a su pequeño y desordenado cuarto. Jugando con la lámpara, la frotó sin querer y, para su sorpresa, un genio apareció en una nube de humo dorado. —Soy el Genio de la Lámpara. Te concederé un deseo —anunció el ser mágico con voz profunda y resonante. Lucas, sobrecogido por la emoción y la sorpresa, no pensó demasiado en su deseo. Casi sin pensarlo, dijo: —Deseo que Nick Walker sea mi padre sobreprotector, amoroso, posesivo y controlador. Un destello de luz cegadora iluminó la habitación y, antes de darse cuenta, Lucas quedó dormido. Al despertar al día siguiente, notó que su habitación había cambiado drásticamente. Ya no era el pequeño y sencillo cuarto a medio decorar, sino una lujosa habitación en un gran apartamento. Estaba rodeado de muebles elegantes y tecnología de última generación. Aún confundido, Lucas salió de la habitación y caminó por los pasillos del apartamento hasta llegar a la cocina, donde se encontró con Nick Walker, ahora vestido con ropa casual y preparando el desayuno. Lucas sintió pánico, temiendo lo peor. Pero en lugar de recibir las habituales burlas o empujones, Nick se acercó sonriente y le plantó un beso en la frente. —Buenos días, hijo. ¿Dormiste bien? —dijo Nick con una voz cálida y reconfortante. Lucas no podía creerlo. Nick Walker, su torturador, ahora actuaba como si fuera su verdadero padre, lleno de amor y preocupación por él. Los días transcurrieron y Lucas se dio cuenta de que ya no sufría bullying en la preparatoria. Su "nuevo" padre era tan intimidante para los demás que nadie se atrevía a molestarlo. Sin embargo, la situación tenía sus inconvenientes. Nick, en su rol de padre sobreprotector y controlador, no permitía que Lucas se relacionase con otros estudiantes. Consideraba que ninguno estaba a la altura de su hijo, impidiéndole hacer amigos y aislándolo aún más, aunque sin la crueldad de antes. Lucas disfrutaba del lujo y la atención de su nuevo padre, pero pronto comenzó a sentir una nueva forma de soledad. Anhelaba la libertad de tener amigos, de poder ser él mismo sin la constante sombra de Nick. Empezó a comprender que su deseo, tan deseado en un impulso de desesperación, había venido con un precio inesperado. Una noche, Lucas encontró de nuevo la lámpara mágica y esta vez, pensando cuidadosamente, pidió un deseo muy diferente. —Deseo vivir una vida en la que pueda ser feliz y libre, con un padre que me ame, pero que también me permita ser yo mismo. El Genio, con su eterno destello dorado, cumplió el deseo. Al día siguiente, Lucas despertó en una situación equilibrada, en un hogar igual de cálido y con un padre amoroso pero sin la presión asfixiante de antes. Asistía a una nueva escuela donde, poco a poco, hizo amigos. Había aprendido una valiosa lección: la verdadera felicidad no nacía de deseos impulsivos, sino de un equilibrio entre el amor y la libertad.