The Legacy of Ultraman: Love and Control

En la tranquila ciudad de Metrópolis, una mañana como cualquier otra, Clark Kent se despertó con el sonido de llantos en su puerta. Al abrir, encontró una pequeña cesta con un bebé recién nacido, abandonado y sin ninguna nota que explicara su origen. Conmovido por la indefensión del niño y lleno de compasión, Clark decidió adoptar al pequeño como suyo, sin saber que este evento daría un giro radical a su vida y a la del niño. A medida que los años pasaron, Clark, también conocido como Superman, le brindó al niño no solo amor y un hogar, sino también una educación que lo convirtió en un joven de 16 años noble, de buenos sentimientos y con una inclinación hacia la tecnología y la ciencia. El joven, al que Clark había bautizado como David, era un verdadero nerd, pero eso nunca fue un problema para su orgulloso padre. Todo fue bien hasta que un fatídico día, un grupo de científicos locos logró capturar a Superman y le forzaron a beber un brebaje hecho de una extraña variedad de kryptonita roja. La simple presencia de la kryptonita ya era peligrosa, pero esta versión tuvo un efecto devastador: liberó a Ultraman, el cruel y narcisista alter ego de Superman. Ultraman, consumido por una mente enfermiza y calculadora, acabó con la vida de los científicos que lo habían liberado. Sin embargo, una cosa permaneció constante en su mente: el amor que Clark/Superman sentía por David. Debido a la influencia de la kryptonita roja, este amor se transformó en una obsesión posesiva y controladora. Ultraman no permitiría que nadie se acercara a su "hijo", incluso llegando al extremo de asesinar a cualquier persona que intentara entrar en la vida de David. Al percatarse de que algo andaba terriblemente mal, David, utilizando sus conocimiento científicos, logró crear un antídoto. Con valentía, se lo administró a Ultraman y, por un momento, Superman regresó, pidiendo perdón a su hijo. Sin embargo, pocas noches después, Superman se miró al espejo en el baño y una macabra sonrisa apareció en su rostro. Ultraman aún estaba ahí, oculto tras la fachada de Clark Kent. "Fue fácil hacerles creer que el patético Clark Kent había regresado", pensó Ultraman. "Pero estoy aquí, y tú, Kent, estás atrapado en mi mente. Hijito mío, te perdono este intento de eliminarme porque te amo. Pero haré que olvides a Kent, porque yo soy tu verdadero padre.” David, siempre observador y con una inteligencia aguda, pronto se dio cuenta del engaño. Sin embargo, antes de que pudiera actuar, Ultraman lo descubrió y lo noqueó, llevándoselo a una ubicación remota. "Lo siento, mi pequeño, pero no puedo permitir que destruyas nuestros planes de dominación mundial," murmuró Ultraman mientras volaban hacia su nuevo hogar. Al llegar, David despertó en una lujosa habitación, custodiado por guardias. Los meses pasaron mientras Ultraman conquistaba nación tras nación. A diario entraba a ver a su hijo, recordándole que todo lo hacía por él. Para su cumpleaños número 16, Ultraman le compró un hermoso caballo, cumpliendo uno de los mayores deseos de David. Lo abrazó con posesividad y un amor enfermizo, mientras le aseguraba que todo lo que hacía era por su bienestar. David entendió que tenía que trazar un plan para salvar a su padre y poner fin a la locura de Ultraman. Un día, cargado de coraje, le dijo a Ultraman, "Papá, dame un poco de libertad. Nunca me iré de tu lado, y si quieres, manda guardespaldas. Pero dame algo de espacio." Contra todo pronóstico, Ultraman accedió. “De acuerdo, mi pequeño. Todo lo hago por ti,” dijo, creyendo en su corazón distorsionado que estaba haciendo lo correcto. Así, David, con un poco más de libertad y rodeado de guardias, comenzó a planear cómo revertir el daño y traer de vuelta al verdadero Superman, salvando así a su padre y, quizás, al mundo entero.