The Last Whisper: Family's Fall into Darkness

Era una fría tarde de otoño cuando Carlitos, un joven de 14 años, se sentaba en su habitación rodeado de libros y cachivaches tecnológicos que había ensamblado él mismo. Era un chico inteligente, aunque poco atractivo en apariencia. Sus grandes gafas y su cabello desarreglado contrastaban con la estampa imponente de su padre y sus dos hermanos mayores. Ellos, a diferencia de Carlitos, eran magnates atractivos y musculosos, llevaban una vida centrada en el culto a su ego y el narcisismo. El padre, a sus 32 años, dirigía un imperio con la mano dura de un titán. Sin embargo, Carlitos no sentía resentimiento hacia ellos, sino un amor profundo y sincero. Nadie en su familia conocía el don especial de Carlitos: podía ver el futuro. Un día, mientras estudiaba en su habitación, tuvo una visión perturbadora. Vio que, por causa de una mujer, sus hermanos y su padre se pelearían a muerte, y uno de ellos moriría. Determinado a evitar esta tragedia, Carlitos comenzó a observar cautelosamente cualquier posible señal del peligro que se avecinaba. Poco tiempo después, una misteriosa mujer apareció en la vida de su padre y pronto sedujo no solo a él, sino también a cada uno de sus hermanos mayores. Fanática de la discordia, logró conquistar el corazón de los tres, sabiendo que esto desataría el caos en la familia. Una noche, el padre la presentó con orgullo como su prometida durante la cena familiar. Inmediatamente, los dos hermanos mayores se levantaron indignados y gritaron: "¡Padre, no te casarás con mi chica!" El ambiente se tornó tenso y en cuestión de segundos estallaron los insultos y los pleitos. Carlitos intentó desesperadamente calmar a su padre y a sus hermanos. Se dirigió hacia la mujer y le dijo: "¿Estás feliz? Has logrado destruir esta familia, pero recuerda: todo el daño que hacemos se nos regresa." De repente, el padre sacó una pistola de entre sus ropas y apuntó a uno de sus hijos en medio de la furia. Carlitos, sin pensar en su propia seguridad, se interpuso entre ellos. La bala destinada a su hermano mayor impactó en su pequeño y frágil cuerpo. La mujer, al ver el caos que había creado, huyó despavorida. El padre, al darse cuenta de lo que había hecho, se postró de rodillas junto a su hijo herido, con lágrimas de arrepentimiento cayendo por su rostro. Los dos hermanos mayores, al darse cuenta de la gravedad de la situación, se acercaron a su hermano y le suplicaron: "¡Resiste, hermanito! Perdónanos por todo el bullying que te hicimos." Carlitos, con una sonrisa débil, respondió: "Los perdono. Puedo irme tranquilo. Espero que encuentren consuelo. Adiós." Y con esas palabras, su espíritu se extinguió. El padre fue condenado a prisión, pero gracias a su buena conducta fue sentenciado a cumplir su pena en arresto domiciliario. Los dos hermanos, consumidos por la culpa y la depresión, visitaban a su padre regularmente. Durante una de esas visitas, el padre les reveló: "Mientras estuve preso, uno de mis compañeros me dio la solución a nuestros problemas y nuestros deseos." Sin más preámbulos, el padre invocó al demonio delante de ellos y le dijo: "Pido que mi hijo menor vuelva a la vida. Haremos lo que sea para cumplir con ello." El demonio aceptó, pero con una condición: "Seréis mis instrumentos. Tú, como el anticristo, y tus hijos mayores como tus aliados en mi trinidad. Vuestros sentimientos de bondad y amor desaparecerán, excepto por el amor posesivo y dominante que sentiréis hacia el joven Carlitos." Los tres hombres aceptaron el pacto. En un abrir y cerrar de ojos, se transformaron en entidades de purísima maldad. Regresaron al momento en que Carlitos fue herido y, esta vez, el padre contuvo el disparo. Carlitos, sano y salvo, no tenía idea del siniestro cambio que se había producido en su padre y hermanos. Con el paso de las semanas, Carlitos notó un cambio drástico en el comportamiento de su familia. Sus hermanos eran más amables y cariñosos, e incluso lo invitaban a sentarse con ellos en la mesa de los chicos populares en la escuela. Sin embargo, pronto se dio cuenta del oscuro giro que habían tomado sus vidas. Sus hermanos habían adoptado un aura de crueldad sádica hacia todos los demás, y su padre se había vuelto más posesivo y protector que nunca. Los hermanos mayores, ahora demonios, no permitían que nadie más se acercara a Carlitos. Cualquiera que mostrase afecto hacia él o siquiera felicitarlo, desaparecía misteriosamente al día siguiente. Cuando Carlitos se dio cuenta de la desaparición de su nana, fue su padre, con ojos negros de malevolencia, quien confesó: "No permitiré que nadie te arrebatara de mí." Los tres, entidades de una maldad sin límites, se aseguraron de que Carlitos fuese el centro de sus vidas. Sin embargo, el joven no podía discernir su peligroso amor posesivo mientras su familia ejecutaba su maligno plan para dominar el mundo a su alrededor, todo ello con el pretexto de proteger y amar a Carlitos. El destino del joven estaba sellado, envuelto en la oscuridad y protegido por los seres que se habían convertido en monstruos por él. En ese nuevo mundo, su inocencia y bondad serían la única luz, aún cuando estaba atrapado entre sombras.