The Infernal Father

En una pequeña ciudad, vivía Javier, un joven de 14 años que se sentía atrapado en una vida de soledad y desdicha. Con el rostro cubierto de granos y un cuerpo delgado y débil, era el blanco favorito de los matones de la escuela. Además, su condición de huérfano hacía que sus tormentos fueran aún peores. Sus únicos recovecos de consuelo eran los libros de fantasía y las noches en las que observaba las estrellas desde su ventana. Una noche, mientras miraba el cielo estrellado, Javier vio una estrella fugaz. Sin pensarlo dos veces, cerró los ojos y deseó en silencio: "Quiero un padre que pueda protegerme, alguien fuerte y poderoso como Lucifer Morningstar". A la mañana siguiente, Javier despertó en un apartamento lujoso, lleno de muebles elegantes y decoraciones extravagantes. Desconcertado, se levantó y exploró el lugar hasta que llegó a una amplia sala de estar donde un hombre apuesto con un traje impecable lo miraba con una sonrisa enigmática. "Buenos días, hijo", dijo el hombre. "Bienvenido a tu nuevo hogar. Soy Lucifer Morningstar, tu padre". Javier quedó atónito, pero una sensación de calidez y protección lo envolvió. Los días que siguieron fueron como un sueño hecho realidad. Lucifer era un padre amoroso y protector, siempre preocupado por la felicidad y seguridad de Javier. Le proporcionaba todo lo que necesitaba y muchísimas cosas que nunca había soñado. Sin embargo, había un lado oscuro en esta vida perfecta. Lucifer, a pesar de su encanto y carisma, era increíblemente posesivo y celoso con respecto a su hijo. Aunque Javier intentaba hacer amigos en su nueva escuela, sabía que siempre había una sombra vigilante alrededor de él. Pronto descubrió que algunos de sus compañeros, que parecían interesados en acercarse a él, desaparecían misteriosamente o regresaban a clases con una mirada aterrorizada. Lucifer había encargado a varios demonios la tarea de vigilar a Javier y asegurarse de que ningún humano tuviera la osadía de entablar una relación cercana con él. Cualquier persona que intentara entrar en el corazón de su pequeño príncipe era primeramente amenazada. Si esas amenazas eran ignoradas, eran sometidos a crueles torturas y, finalmente, asesinados, eliminados sin dejar rastro. Lucifer no permitiría que nadie compitiera por el afecto de su hijo. Con el tiempo, Javier empezó a sentir el peso de este amor sofocante. Aunque Lucifer se esforzaba por ocultar su verdadera naturaleza, el joven no podía ignorar las señales de que algo siniestro se cernía sobre quienes intentaban ser parte de su vida. Un día, mientras exploraba el ático del apartamento, encontró un diario antiguo que revelaba la verdadera identidad y las acciones macabras de su padre. Aterrorizado por lo que había descubierto, Javier enfrentó a Lucifer. "¿Es cierto todo esto? ¿Eres realmente el rey del infierno y has estado lastimando a la gente por mí?" Lucifer intentó suavizar la verdad. "Hice todo por amor, hijo. Nadie jamás te protegerá como yo lo hago. Eres mi mundo entero, y no permitiré que nada o nadie te haga daño." Javier, aunque profundamente conmovido por el amor incondicional de Lucifer, comprendió que esta relación era insostenible. "No puedo vivir en una jaula, aunque esté hecha de oro. Necesito amigos, necesito una vida normal." Lucifer, enfrentando la única cosa que temía: perder el amor de su hijo, se consumió en una tormenta de emociones. Finalmente, con gran esfuerzo, concedió a Javier algo de libertad, aunque su vigilancia nunca desapareció del todo. Javier entendió que su vida nunca sería completamente normal, pero también reconoció que había encontrado a alguien que, a su manera retorcida y oscura, lo amaba más que nadie en el mundo. Con el tiempo, aprendió a vivir con esta dualidad, siempre consciente del peligro, pero también con la certeza de que había algo sorprendentemente humano en el demonio que llamaba padre.