The Fugitive Star and the Infinite King

Érase una vez un joven de 14 años llamado Alex, que no tenía padres y sufría bullying constantemente en la escuela. Alex era un chico nerd, con gafas gruesas y un físico débil, que lo convertían en el blanco perfecto para los abusadores. Su vida era una cadena de días grises, hasta que una noche, al observar el cielo estrellado, vislumbró una estrella fugaz. Cerró los ojos y pidió un deseo con todo su corazón: "Quiero tener un padre que me quiera y me proteja, como Lucifer Morningstar". Para su sorpresa, cuando abrió los ojos, no estaba en el pequeño y desordenado cuarto de la casa hogar donde vivía, sino en un lujoso apartamento. Se puso de pie y exploró el lugar, con la boca abierta ante el esplendor y la opulencia. De repente, una puerta se abrió y un hombre alto, de cabello oscuro y sonrisa carismática, entró en la habitación. "Buenos días, Alex," dijo con una voz suave pero firme. "Soy Lucifer Morningstar, y soy tu padre." Los días pasaron en un torbellino de cambios para Alex. Ahora vivía en el lujo, asistía a una prestigiosa escuela privada y, lo más importante, tenía a Lucifer a su lado. Lucifer, cuyo nombre solía estar asociado con el temor y el infierno, se convirtió en un padre protector, amoroso, pero extremadamente posesivo. Lucifer se aseguraba de que Alex tuviera todo lo que necesitaba y más. Sin embargo, su naturaleza egocéntrica y egoísta lo llevó a una obsesión por acaparar todo el amor de Alex. Lucifer no toleraba la idea de que alguien más pudiera ocupar un lugar en el corazón de su hijo. Para asegurarse de que ningún ser humano se acercara demasiado a Alex, Lucifer empleaba a varios demonios para vigilarlo. Estos demonios informaban cada vez que alguien intentaba acercarse amorosamente a su pequeño príncipe. Si cualquiera cruzaba esa línea, Lucifer los amenazaba primero, pero si no obedecían, su destino era el más oscuro y doloroso imaginable. Una tarde, Alex hizo amistad con una chica de su clase llamada Lily. Los dos disfrutaban de las mismas aficiones y pasaban mucho tiempo juntos. Los demonios informaron a Lucifer y este se llenó de celos al ver a su hijo reír y disfrutar con alguien más. La primera reacción de Lucifer fue advertir a Lily, pero al ver que su relación con Alex florecía, llevó a cabo acciones mucho más oscuras. Un día, Lily desapareció misteriosamente y Alex nunca volvió a saber de ella. Desconocía que su padre, posando como un dulce protector, era capaz de actos tan crueles. Todo lo que sabía era que su padre estaba siempre ahí, dispuesto a protegerlo, a cuidarlo y, en su mente, a amarlo más que nadie. Pronto, Alex empezó a notar que cualquier persona que intentara acercarse a él, especialmente si él mostraba algún tipo de afecto hacia ellas, terminaba desapareciendo o enfrentando extrañas desgracias. La verdad comenzó a asomarse, y una oscura sospecha se instaló en su corazón. ¿Podría Lucifer, su amoroso pero posesivo padre, estar detrás de todo aquello? Lucifer, aunque era un ser del infierno, había encontrado en Alex un motivo para descubrir una faceta más humana, aunque distorsionada por su naturaleza infernal. El desafío para Alex sería entender hasta dónde llegaban los límites del amor de su padre y cómo podría navegar dentro de esas sombras sin dejar de ser quien era. Finalmente, Alex se dio cuenta de que debía confrontar a Lucifer para saber la verdad. En una noche cargada de emociones, Alex encontró el coraje para enfrentar a su padre. "Papá," comenzó Alex, con voz temblorosa. "¿Qué les ha pasado a las personas que me importan?" Lucifer, mirándolo a los ojos, suspiró profundamente. "Todo lo que he hecho, lo he hecho por ti, para protegerte y asegurarte de que nunca dejes de amarme. Eres mi todo, Alex." Con lágrimas en los ojos, Alex entendió que su deseo se había cumplido de una manera dolorosa y peligrosa. Ahora, debía decidir cómo vivir bajo la sombra de un amor tan intenso y destructivo, o si poseía la fuerza para encontrar su propio camino, incluso si eso significaba desafiar al mismo Rey del Infierno.