The Dark Search of Nick Walker

En la lujosa ciudad de Aspen Grove, donde los autos de lujo brillaban bajo el sol y las mansiones competían en esplendor, vivía Nick Walker, un fisiculturista reconocido no solo por su imponente físico sino también por su arrogancia y egocentrismo. A los 30 años, Nick era un dios entre mortales en los gimnasios, un entrenador personal en una exclusiva preparatoria para niños ricos, y el protagonista de incontables revistas de fitness. Sin embargo, escondía una verdad oscura que no podía permitirse que nadie descubriera: tenía un hijo de 14 años, Michael. Michael era todo lo contrario de su padre, para él, una vergüenza. Débil, de complexión delgada, con gafas grandes y siempre con una nariz enterrada en un libro, Michael era el "nerd" por excelencia, siempre perdido en sus mundos de fantasía y ciencias. Este contraste no solo era una espina constante en el orgullo de Nick, sino que alimentaba una cadena perpetua de humillaciones y bullying que el joven sufría en casa y en la preparatoria. En la preparación, Nick no dudaba en usar su autoridad para humillar a Michael frente a otros estudiantes. "¡Vamos, idiota, levanta esas pesas o te aplastarán como una cucaracha!", gritaba Nick mientras otros chicos acomodados se reían. Michael aguantaba en silencio, pero la presión y tristeza comenzaron a carcomer su espíritu. Nadie, ni siquiera Nick, sabía del oscuro secreto que Michael albergaba en su cuerpo: una grave afección cardíaca que requería un trasplante de corazón. Un mal día en una clase de gimnasia, después de una humillación pública más, Michael se derrumbó emocionalmente. "¡Me iré de este infierno!", gritó con lágrimas en los ojos. "No puedo seguir conviviendo con monstruos". La reacción de Nick fue fulminante; su ira no conocía límites. Sujetándolo por la camiseta, Nick comenzó a golpear a su hijo hasta que de repente Michael quedó tendido en el suelo, inmóvil, como si estuviera muerto. Fue en ese instante, viendo el cuerpo inerte de su hijo, que un sentimiento desconocido floreció en el corazón de Nick: la culpa. Desesperado, cargó a Michael y lo llevó al hospital, temiendo haber cometido el mayor error de su vida. Allí se enteró de la enfermedad cardíaca de su hijo y la absoluta necesidad de un trasplante. Al enterarse de que Michael había caído en coma y los médicos recomendaban desconectarlo, Nick se negó rotundamente y lo llevó a casa, contratando a una enfermera privada y un cirujano experto en trasplantes. En una noche sombría, mientras acariciaba el cabello de Michael, le susurró: "Perdóname, hijo. Lamento haberte hecho tanto daño. No permitiré que mueras, te lo prometo. Descansa, papá buscará un corazón para ti". Desde esa noche, Nick dejó de ser simplemente un fisiculturista arrogante; se adentró en el oscuro submundo del crimen. Salía por las noches en busca de jóvenes saludables y atletas, secuestrándolos y asesinándolos en un intento desesperado de encontrar un corazón compatible para su hijo. Cada intento fallido solo incrementaba su locura y desesperación. En el mundo criminal, comenzaron a llamarlo "El Rey de Corazones". El cirujano a quien había contratado, deseando escapar de la locura de Nick, se vio imposibilitado por el miedo; sabía muy bien lo que el despiadado físiculturista podría hacerle si intentaba huir o revelar la verdad. La reputación del "Rey de Corazones" se extendió, aunque nadie en el exterior conocía la verdadera identidad de este monstruo, ni la razón desgarradora detrás de sus acciones. Mientras Nick continuaba su siniestro y mortífero camino, la línea entre el bien y el mal se desdibujaba. Nick Walker, el hombre que una vez vivió de la apariencia y el reconocimiento superficial, ahora era un padre consumido por la culpa y un amor toxico que le impulsaba a cometer atrocidades inimaginables. Y así, Aspen Grove vivía en la oscuridad de los actos de un hombre dispuesto a cualquier sacrificio por salvar a su hijo, sin siquiera percatarse de que ya había perdido la humanidad en su afán de redención.