**Sombras de Camelot: Lealtad, Amor y Traición**

En una tierra de magia y mitología, Camelot y sus encantados habitantes enfrentan una nueva amenaza desde dentro. Mientras Arturo confía en sus leales caballeros y en su fiel mago Merlín, las sombras del corazón y los celos urden una traición inesperada. Leon, el noble caballero cuya lealtad a Arturo alguna vez fue intachable, se ha visto atrapado en las garras del amor no correspondido. Al confesar sus sentimientos a Merlín, el mago aseguró que sólo lo veía como un amigo, rompiendo el corazón de Leon. Los ojos de Leon no pudieron evitar percibir el amor no declarado que Merlín sentía por Arturo, lo cual amplificaba su dolor y celos. "Mientras Merlín ame a Arturo, jamás será mío", pensó amargamente Leon. Decidido a destruir a Arturo y robarle lo que más apreciaba, Leon forjó una alianza insidiosa con Morgana, la feroz enemiga del reino. Bajo la oscuridad de la traición, Morgana se alzó al trono de Camelot. En la cúspide de su victoria, Morgana recordó su promesa a Leon con una sonrisa cargada de malicia. "Llevad al regalo del líder de los caballeros a sus aposentos", ordenó. Cuando Leon entró a su recámara, encontró a Merlín atado y vulnerable en su cama. Su corazón latía con una mezcla de deseo, venganza y locura. "Ahora serás mi sirviente, sólo mío", murmuró Leon. Los ruegos de Merlín cayeron en oídos sordos. El rechazo del mago cuando Leon le confesó su amor aún quemaba en su interior. El caballero cayó sobre Merlín con una furia contenida, la pasión y la amargura transformándose en una sola fuerza. En sus noches de pasión forzada, el amor y el odio se entrelazaban, mientras Leon buscaba reclamar lo que sentía le había sido injustamente arrebatado. Sin embargo, con el paso del tiempo, la furia de Leon dio paso a una desesperada necesidad de posesión. "Ya me destruiste, Leon", murmuró Merlín una noche, con la voz quebrada. "Te di mi tesoro más preciado, mi virginidad. Por favor, déjame ir". Leon lo sostuvo con firmeza, sus ojos reflejando una mezcla de amor y locura. "Eres mío y nunca te dejaré ir. No puedo odiarte, te amo con una intensidad que no puedo controlar. Te ofrezco la última propuesta: ámame y cásate conmigo, y protegeré a los tuyos. Si accedes, Camelot será nuestra". Con la mente y el corazón quebrantados, Merlín aceptó la propuesta, resignado y buscando una forma de proteger a quienes amaba. En una ceremonia marcada por la tensión y el miedo, Merlín y Leon se unieron en matrimonio. En su primera noche de bodas, Leon besó a Merlín con una ternura posesiva y, una vez más, sus cuerpos se unieron. Cuando Merlín cayó en un sueño inquieto, Leon lo abrazó, susurrando, "Te amo tanto, por fin te tengo entre mis brazos. Pero esto no es el final. Planeo destronar a Morgana y reclamar Camelot para nosotros. Obtendré todo lo que deseo, y eso comienza contigo". Leon soñaba con un reino bajo su mando, un Camelot donde él y Merlín serían los soberanos. Pero en el horizonte, el destino tramaba su propio desenlace. El amor verdadero, la libertad y la justicia aún tenían aliados que no se rendirían fácilmente. Merlín, a pesar de su sufrimiento, no había perdido la esperanza ni el deseo de que Camelot y Arturo volvieran a prosperar.