**Sombra de un Nuevo Comienzo**

La noche anterior a su matrimonio con Mia, Alberto Lombardo se encontraba en su habitación, preparándose para el gran día. Inesperadamente, sintió un frío escalofriante que recorrió su espalda, seguido de una fuerza invisibile que lo dejó sin aliento y le nubló la vista. En ese instante, el espíritu de David Roldan, el villano atractivo y musculoso, tomó posesión de su cuerpo. David, antes de morir, había pagado una gran suma de dinero a un hechicero con el oscuro propósito de regresar y tomar el cuerpo de Alberto, su antiguo mejor amigo convertido en su peor enemigo. Deshacerse de Alberto para, finalmente, hacer que Mia fuera suya, sin importar que ahora tendría que habitar el cuerpo de quien más odiaba. Cuando la posesión se completó, David se dirigió al espejo y se encontró con el reflejo de Alberto. Una sonrisa perversa se dibujó en su rostro mientras murmuraba con satisfacción: "Alberto, al fin te vencí. Debo prepararme para mi boda". La boda se realizó sin contratiempos, y Mia, ajena a la macabra verdad, lucía radiante. *** Meses después, Mia quedó embarazada. Durante todo ese tiempo, había besado y compartido su vida con quien creía que era su amado Alberto sin imaginar que, en realidad, era el obsesivo, posesivo y psicópata David. Una noche, mientras Mia dormía profundamente, David la miró con una mezcla de amor y obsesión. La abrazó con firmeza y murmuró al oído de la mujer inconsciente: "Al fin eres mía y ya tendremos nuestro primer hijo. Lástima que mi hijo no llevará el apellido Roldan". David sabía que mantener la fachada era crucial. Por mucho que su alma estuviera dentro del cuerpo de su enemigo, debía actuar y comportarse exactamente como Alberto para no levantar sospechas. Sin embargo, no podía ocultar sus peculiaridades obsesivas por mucho tiempo, y poco a poco, Mia comenzó a notar pequeños cambios en el comportamiento de su esposo. *** Una noche, mientras Mia estaba en su estudio trabajando en los planes para el futuro del bebé, encontró un viejo amuleto escondido en uno de los cajones del escritorio. Recordando las historias que Alberto solía contarle sobre cómo David había estado obsesionado con artes oscuras y hechiceros, empezó a sospechar. El amuleto le resultó extrañamente familiar y de repente la verdad aterradora comenzó a formarse en su mente. Decidida a descubrir lo que realmente había pasado, Mia buscó al mismo hechicero que David había contratado años atrás. Bajo la luz de las velas y con el sonido de los cánticos del hechicero de fondo, la verdad salió a la luz. David había poseído el cuerpo de Alberto, usando magia negra para lograr su retorcido deseo. Con el corazón destrozado y llena de miedo, Mia regresó a casa con la obligación de enfrentar a quien ahora sabía que no era su verdadero esposo. Disimuló hasta la noche siguiente cuando, en la seguridad de su propia habitación, confrontó a David. La rabia y el horror en sus ojos eran inconfundibles. "Sabía que algo no estaba bien. ¡Quiero a mi verdadero esposo de vuelta!" exclamó Mia, con lágrimas en los ojos. David, atrapado en el cuerpo de Alberto, trató de convencerla con falsas dulzuras, pero Mia ya no era la misma mujer engañada. Decidida a liberar a Alberto, Mia lanzó el amuleto contra David, usando las palabras que el hechicero le había enseñado. Un viento sobrenatural irrumpió en la habitación, y el espíritu de David fue arrancado del cuerpo de Alberto con un grito de pura desesperación. Alberto, libre al fin, se desplomó en el suelo, débil pero vivo. Al abrir los ojos y ver a Mia, susurró: "Gracias, Mia. Gracias por salvarme". Ambos se abrazaron, prometiendo jamás olvidar la oscuridad que había intentado separarlos. Y aunque los días a seguir serían difíciles, pues tendrían que lidiar con las secuelas de lo ocurrido, finalmente estaban juntos, listos para enfrentarlo como un verdadero equipo, lleno de amor y fortaleza.