Shrek's Enchanted Love

**Título:** Shrek para Siempre: El Encantador Deseo En un reino lejano, conocido por sus cuentos de hadas y criaturas mágicas, el Príncipe Encantador, atractivo, musculoso, ególatra y narcisista, yacía frustrado. Su fracaso en conquistar a la princesa Fiona y sus fracasados planes de poder lo habían llenado de rencor hacia Shrek, el ogro que se había ganado tanto el amor de Fiona como el favor del reino. El Encantador no podía soportar vivir en un mundo donde Shrek y Fiona fueran felices. Fue entonces cuando apareció Rumpelstiltskin, el habilidoso tramposo de los deseos. Rumpelstiltskin, siempre buscando vender sus “servicios” a cambio de un alto precio, le presentó a Encantador una propuesta irrefutable: cambiar la historia a su favor. Con un pergamino y una pluma, el trato fue sellado. Encantador pidió dos deseos precisos: que Fiona y Shrek nunca se hubieran conocido y que, en cambio, Shrek estuviera casado con él, viviendo juntos en su opulento palacio. Al firmar el contrato, un destello de magia cubrió el reino, y la nueva realidad se configuró. A la mañana siguiente, Encantador despertó abrazado cálidamente a un somnoliento Shrek. La sorpresa inicial se mezcló con deleite al ver cumplidos sus deseos. Sin embargo, el relente placer se tornó en estrategia al recordar su plan. Encantador debía deshacerse del ogro, pero esa cercanía diaria y convivencia fue una espada de doble filo. Día tras día, el carisma rudo y la bondad genuina de Shrek fueron derrumbando las defensas del príncipe. Lo que empezó como un juego de poder se convirtió en un torbellino emocional. Encantador, contra todo pronóstico, se enamoró perdidamente del ogro. Una noche de pasión terminó sellando su destino. En medio de jadeos y entrelazando sus cuerpos, Encantador susurró posesivamente: —Nadie te hace sentir como yo, nadie es perfecto en la cama como yo. Eres mío y solamente mío. La posesión reflejaba algo más profundo que un simple deseo. Encantador ya no podía imaginar un mundo sin Shrek a su lado. Cegado por el amor reciente y la pasión desenfrenada, su nuevo plan se trazó. Asegurarse de que este mundo alternativo nunca fuera destruido, garantizando así que Shrek permaneciera con él para siempre. Con astucia, comenzó a ocultar cualquier rastro del trato original con Rumpelstiltskin, manteniendo la magia necesaria para que su nueva realidad perdurara eternamente. El amor transformó la ambición en devoción, y lo que alguna vez fue un plan maléfico se convirtió en la vida que Encantador siempre había deseado, pero jamás había sabido que necesitaba. Y así, en este reino donde la ironía del destino cambiaba todas las historias conocidas, el Príncipe Encantador vivió al lado del ogro Shrek, asegurándose día tras día de proteger su amor y mantener la felicidad robada.