"Rey de Corazones: La Verdad Oscura de Nick Walker"

Nick Walker, con su imponente figura y arrogancia que lo caracterizaban, era el entrenador más temido y respetado en la lujosa preparatoria de niños ricos. Ninguno de sus alumnos sospechaba del secreto que guardaba con tanto recelo: tenía un hijo de 14 años llamado Ethan, a quien consideraba su mayor vergüenza. Ethan, en contraste con su padre, era un joven delgado, de aspecto frágil y con una inclinación marcada hacia los estudios, lo que lo convertía en el blanco de los desprecios de Nick. En casa, Nick no perdía oportunidad para recordarle a Ethan lo insignificante que era para él, y esta crueldad se extendía también a la escuela, donde Nick se aseguraba de que su hijo recibiera el peor trato posible sin revelar su verdadera identidad. Lo que Nick ignoraba era la grave condición de salud de Ethan. El joven sufría en silencio, sabiendo que necesitaba un trasplante de corazón para seguir viviendo, pero nunca tuvo el valor de compartirlo con su abusivo padre. Los días de Ethan estaban contados, y solo deseaba encontrar un poco de felicidad antes de que fuera demasiado tarde. Un día, durante una clase de gimnasia, Nick estuvo particularmente duro con Ethan, humillándolo frente a todos. Desesperado y quebrado, Ethan gritó con lágrimas en los ojos: "¡Me iré de este infierno! No puedo seguir conviviendo con monstruos como tú!" Estas palabras encendieron una furia irracional en Nick, que lo llevó a golpear a Ethan sin contemplación. De repente, Ethan cayó al suelo, sufriendo un ataque que lo dejó inconsciente. Por primera vez, Nick sintió una punzada de culpa y remordimiento al verlo tendido sin moverse. En el hospital, los médicos informaron a Nick de la gravedad de la situación: Ethan había caído en coma y necesitaba urgentemente un corazón nuevo. Presionado a desconectarlo para evitarle más sufrimiento, Nick, con lágrimas en los ojos, se negó rotundamente. Decidido a enmendar sus errores, él se llevó a Ethan a casa, donde contrató a una enfermera para que lo cuidara y al mejor cirujano experto en trasplantes de corazón que pudo encontrar. Sentado junto a la cama de Ethan, Nick susurró con voz entrecortada: "Perdóname, hijo. Lamento haberte hecho tanto daño. No permitiré que mueras, descansa, papá encontrará un corazón para ti." A partir de esa noche, Nick se convirtió en una sombra de lo que una vez fue. En la oscuridad, comenzó a cazar jóvenes saludables y atletas con la esperanza de encontrar un corazón adecuado para Ethan. La prensa y la policía pronto comenzaron a hablar de un misterioso asesino conocido como "El Rey de Corazones", pero nadie en la sociedad alta, y mucho menos en la escuela, sospechaba que detrás de esa máscara se escondía Nick Walker. El cirujano, atrapado por el terror de lo que Nick podría hacerle si trataba de escapar, colaboraba con este plan macabro, rezando por encontrar la forma de salvarse a sí mismo y, de paso, salvar a Ethan sin más derramamiento de sangre. Nick continuó su misión homicida, cada vez más desesperado, con la única intención de salvar a su hijo y redimirse por sus pecados. Ethan seguía en coma, ajeno a la locura y al sacrificio de su padre, mientras el mundo exterior se preguntaba quién era realmente "El Rey de Corazones" y qué lo motivaba a actuar con tal crueldad. La redención de Nick se encontraba en un límite delgado, entre el amor desmedido por su hijo y la locura que sus acciones reflejaban, dejando un rastro de corazones rotos y vidas destrozadas en su intento desesperado de salvar a Ethan.