Revirtiendo Destinos: El Increíble Intercambio de Cuerpos que Cambió Vidas

Una vez hubo un empleado humilde de 28 años, quién se describía a sí mismo como gordo, feo y débil. Era un joven gay, pero también sufrió constantemente de bullying en su lugar de trabajo. Su acosador no era otro que su gerente; un hombre atractivo de 29 años, musculoso, narcisista y heterosexual. El gerente se complacía en hacer la vida del empleado una miseria, abusando de su autoridad en cada oportunidad que tenía. Poco sabía él, que la siervienta que trabajaba en su casa tenía una cuenta pendiente con él. La siervienta, una mujer madura y inteligente, había sido durante mucho tiempo objeto de sus juegos amorosos malintencionados, y había decidido buscar venganza. Una noche, mientras amaba tormentosamente su corazón roto, conjuró un hechizo. Un hechizo para cambiar las almas de dos personas durante un viaje de proyección astral. Escogió al gerente y al empleado, guiada por un deseo de equilibrar la balanza. Esa noche, mientras los dos hombres dormían, sus almas intercambiaron cuerpos. El gerente se despertó en el cuerpo del empleado y cayó en un shock severo, un contratiempo que eventualmente le costó la vida. Por otro lado, el empleado despertó en el cuerpo del gerente, una visión que lo dejó sin palabras. El empleado, apreciando su nuevo cuerpo, no pudo evitar explorar. Tocó y admiró los músculos, los pectorales, abdominales, bíceps y tríceps. Fue una sensación embriagadora, pero no fue solo su cuerpo lo que cambió. Descubrió que había heredado también la personalidad de su gerente; se había vuelto despiadado y se daba cuenta que se sentía atraído por las mujeres. Con estos nuevos y abrumadores cambios, recordó la bondad y comprensión de la siervienta quien había permitido la serie de eventos que le dieron su nueva vida. Experimentó una calidez en su pecho cada vez que pensaba en ella; de agradecimiento, piensa él. Pero con el paso de los días, se dió cuenta que había develado la más sorprendente de las sorpresas del intercambio: En verdad estaba enamorado de ella. Al final, dio el paso y se inclinó ante ella, pidiéndole que pasara el resto de su vida con él. Ella aceptó, y así, encontraron la felicidad en medio de una circunstancia tan peculiar. Y pese a todas las dificultades, se dieron cuenta que al final, todo había cambiado para mejor.