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Question: Escribe una historia sobre un joven de buenos sentimientos, nerd y debil de 16 años, que sufre bullying de parte de su propio padre que es un actor y modelo atractivo, musculoso y narcisista de 32 años, que niega su existencia y lo trata como un simple criado debido a que odia su forma de ser, muchos años antes cuando el joven nacio su madre lo abandono y se lo dio a su padre, su padre lo amaba y lo adoraba, y por el busco la manera de salir adelante para darle todo lo que necesitara, lo logro pero la fama, la vanidad y la lujuria lo sedujeron y olvido a su hijo, en la preparatoria su vida era un infierno, y para colmo su salud era delicada, el joven decidio un dia irse de esa casa para vivir tranquilo sus ultimos dias, su padre de forma cruel al verlo irse le dijo al fin me deshice de ti, eres un estorbo, desearia que nunca hubieras nacido, al decirlo unos hombres armados que fueron contratados por una de las examantes del padre que queria vengarse por haber jugado con sus sentimientos, el joven se atraviesa ante una bala y salva a su padre, el joven cae al suelo y dice adios padre, a pesar de todo te amo y te perdono.El padre sintio la culpa y el remordimiento, le pidio perdon y le suplico que resistiera, el joven no resistio y murio.A los 3 dias despues se llevo a cabo el funeral, el padre se veia destrozado y lloro, el joven fue sepultado con el apellido de su padre, en el mausoleo de esa mansion, la culpa afecto al padre, que hizo que perdiera la razon y pensara que su hijo estaba vivo y que estaban pasando tiempo juntos, el padre se ponia peligroso, violento y maniaco si decian que el joven estaba muerto y respondia mi hijo esta vivo no esta muerto, esta aqui conmigo.
Era una noche tranquila cuando la vida de Sebastián cambió para siempre. A los 16 años, este joven de buenos sentimientos, una inclinación hacia la lectura y una salud frágil, se encontraba en una lucha constante, no solo en la preparatoria donde los comentarios hirientes y el acoso eran moneda corriente, sino en su propio hogar, un lugar que debería haber representado refugio y cariño. Su padre, Alejandro, de apenas 32 años, era un actor y modelo importante, atractivo y musculoso, pero lamentablemente narcisista hasta lo indecible. En sus primeros años, Alejandro era un hombre decidido, con un amor profundo hacia su hijo. Cuando la madre de Sebastián lo abandonó al nacer, Alejandro prometió cuidar de él y trabajó arduamente para ofrecerle todo lo que necesitaba. La fama vino acompañada de una vanidad que se fue adueñando del corazón de Alejandro hasta que toda muestra de amor hacia su hijo desapareció, reemplazada por desprecio y desdén. Sebastián fue relegado a la condición de un simple criado, el hecho de que su padre lo ignorara o se burlara de él no era novedad y se había vuelto parte de su rutina diaria. Cada día se levantaba temprano para limpiar la casa y luego iba a la escuela, donde nuevamente enfrentaba burlas y humillaciones de sus compañeros de clase. Su salud se deterioraba con el tiempo, los doctores le habían dado pocas esperanzas; sin embargo, su espíritu se mantenía firme, aunque golpeado. Un día, el dolor y la tristeza fueron demasiado. Con un último aliento de esperanza, Sebastián decidió irse para vivir sus últimos días en paz. Sin embargo, al hacerlo, Alejandro, sin mostrar piedad, le dijo: "Al fin me deshice de ti, eres un estorbo. Desearía que nunca hubieras nacido". Fue en ese preciso momento cuando irrumpieron en la casa unos hombres armados, un acto de venganza orquestado por una ex amante despechada de Alejandro. Sebastián, con tanta rapidez y valentía, se interpuso entre su padre y la bala que venía hacia él. La bala encontró su destino y Sebastián cayó al suelo, con la sangre manchando su camiseta. Alejandro, en un grito de horror y confusión, se acercó a su hijo. "Adiós, padre. A pesar de todo, te amo y te perdono", murmuró el joven con sus últimos alientos. Alejandro, sintiendo una culpa que jamás había experimentado, suplicó a Sebastián que resistiera, pero fue en vano. Sebastián murió en los brazos de su padre. Tres días después, el funeral se llevaba a cabo. Alejandro, destrozado, lloró amargamente mientras veía cómo sepultaban a su hijo en el mausoleo de la mansión, tomando finalmente su apellido. La culpa se aferró al alma de Alejandro como una sombra perpetua, oscureciendo su razón y empujándolo hacia un abismo de locura. En su mente, Sebastián nunca murió. Alejandro empezó a imaginar que su hijo estaba vivo, que aún vivían juntos y compartían momentos. Se volvía violento y maniaco si alguien intentaba recordarle la realidad de la muerte de Sebastián. "Mi hijo está vivo, no está muerto. Está aquí conmigo", gritaba con furia. La culpa y el remordimiento eran tan profundos que Alejandro perdió el contacto con la realidad. Su brillo como actor y modelo se apagó rápidamente, mientras sus acciones erráticas y peligrosas se convirtieron en la única noticia sobre él. Nunca pudo escapar de la prisión de su mente, y así, sumido en la tristeza y la locura, pasó los días que le restaban, buscando desesperadamente redimir los errores que lo habían llevado a perder lo más importante que tenía.
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