Pride Blood

En una oscura mansión situada en las colinas solitarias de Transilvania, vivía un vampiro llamado Vasilios. Era conocido en los alrededores no solo por su imponente musculatura y su encanto mortal, sino también por su arrogancia y narcisismo sin límites. A pesar de su apariencia que no superaba los 30 años, Vasilios había vivido durante 150 largos años, llenos de conquistas y desprecio hacia los que consideraba inferiores. Entre estos estaba su propio hijo, Luis, un joven de 15 años que no había heredado ni el porte ni la belleza de su padre. En su lugar, Luis era un muchacho delgado, tímido y aficionado a los libros, un "nerd" según las despiadadas palabras de Vasilios. La vida del joven cambió trágicamente una noche lluviosa, cuando un fatídico accidente de tráfico lo dejó en coma. Los médicos, sin esperanza de un milagro, recomendaron desconectarlo, pero Vasilios, por primera vez, experimentó una oleada de arrepentimiento. Aquella frialdad que había mostrado durante años se convirtió en una rabia incontrolable contra él mismo, al darse cuenta de cuánto había subestimado a su hijo. Decidido a no perder a Luis, Vasilios se lo llevó de aquel hospital, surcando los cielos nocturnos con su hijo en brazos hasta su mansión. En una antigua mesa de piedra, depósito de incontables rituales oscuros, depositó a su hijo y susurró con voz quebrada: "No dejaré que mueras, hijo mío; papá nunca lo permitirá". Sus colmillos emergieron con un brillo inquietante, y Vasilios mordió el cuello de Luis, transfiriéndole su maldición inmortal. Luis abrió los ojos con una mezcla de miedo y reconocimiento y bebió la sangre que su padre le proporcionaba de una bolsa previamente robada. Pasaron varios meses llenos de incertidumbre y cambio. El joven comenzó a notar una transformación no solo en sí mismo, sino también en su padre. Vasilios mostraba atisbos de ternura y vulnerabilidad inéditos. Desafortunadamente, su tranquilidad fue efímera. Las autoridades, alertadas de que Luis había sido víctima de maltrato infantil, decidieron intervenir. Para Vasilios, la idea de perder a su hijo era inaceptable. Durante años, había despreciado a su hijo, pero ahora estaba dispuesto a todo por protegerlo, incluso a romper todas las leyes humanas y sobrenaturales. "Primero muerto que permitir que me quiten a mi hijo. Él es mío y solamente mío," proclamó con furia. Informado por algunos policías comprados con su riqueza sobre los planes de las autoridades, Vasilios tomó una decisión drástica. Escaparía del país con Luis, adoptando una nueva identidad y llevándose toda su fortuna acumulada en siglos. La traición de los policías, que habían filtrado su situación, le costó cara a ellos mismos, ya que Vasilios no dudó en acabar con sus vidas, eliminando cualquier prueba de su existencia. Así, una noche cerrada, Vasilios y Luis se embarcaron en un avión privado, abandonando todo lo conocido. Rumbo a una tierra lejana, el imponente vampiro juró nunca más despreciar a su hijo y velar por su seguridad y bienestar a cualquier costo. Luis, ahora consciente del amor extremo y oscuro de su padre, miraba el horizonte con incertidumbre. La vida con Vasilios seguiría siendo un misterio, pero algo estaba claro: ambos habían cambiado, y juntos enfrentarían la eternidad, con todos los desafíos y peligros que ella traería consigo.