Once Upon a Time in Storybrooke-1

Érase una vez en Storybrooke, una pequeña ciudad sumergida en secretos y magia, donde Kilian Jones, el temido Capitán Garfio, encontró su redención en un inesperado acto de amor. Recién llegado al pueblo, adoptó al pequeño Henry, un niño perdido y solitario que necesitaba una figura paterna. A su lado, siempre estuvo Regina, la poderosa y calculadora alcaldesa de Storybrooke, quien se convirtió en la madrina de Henry. Regina, viendo en Kilian un aliado formidable, lo nombró su mano derecha. Juntos, se aseguraron de mantener el orden en Storybrooke y proteger su posición de poder. Sin embargo, todo cambió con la llegada de Emma Swan, la madre biológica de Henry y la potencial rompemaldiciones. Kilian y Regina sabían que Emma representaba una amenaza a su paz y control. Decididos a mantener a Henry a salvo y a sus propios secretos bien guardados, urdieron un siniestro plan para deshacerse de ella. Kilian, utilizando su encanto de pirata, se acercó a Emma, fingiendo interés y seducción. En una ocasión, le ofreció una tarta de manzana, meticulosamente envenenada por Regina. Emma, confiada y sin sospechas, aceptó la tarta y pronto comenzó a sentirse mal. Con frialdad, Kilian se inclinó sobre ella y susurró con una sonrisa cruel: "Esto no te habría pasado si no te hubieras metido en mi camino para quitarme a mi hijo. Ahora celebraré tu muerte con un buen ron." Emma se desplomó ante él, y Kilian, sin un ápice de remordimiento, se giró para marcharse. "Después de todo, soy un pirata", se dijo a sí mismo. "Y los piratas, para lograr sus objetivos, no se detienen ante nada." Con Emma fuera de su camino, Kilian volvió a casa para consolar a Henry, quien nunca se enteró de lo ocurrido. El Capitán Garfio y Regina siguieron gobernando Storybrooke con mano firme, manteniendo sus propias versiones del amor y el sacrificio, siempre dispuestos a proteger lo que consideraban suyo, a cualquier coste.