Nerdy Boy's Desire: An Amazing Dad

Eran las once de la noche cuando Lucas, un joven de 14 años, delgado y con unos lentes gruesos que enmarcaban sus ojos, se sentía más solo que nunca. No solo por ser huérfano, sino porque en su escuela siempre era el blanco del cruel bullying de Nick Walker, el imponente y atractivo entrenador del gimnasio de la preparatoria. Una tarde, mientras caminaba cabizbajo por las calles de su vecindario, encontró una tienda de antigüedades que nunca antes había notado. Algo le atrajo hasta allí, una especie de corazonada o quizás un breve escape de su dolorosa realidad. Dentro, entre estantes polvorientos llenos de objetos olvidados, encontró una lámpara antigua y peculiar. "Haz cualquier deseo realidad" leía un cartel en letras doradas junto a ella. El anciano propietario le aseguró que la lámpara era mágica. Lucas, a pesar de ser racional y escéptico, decidió comprarla. Pensó que no había nada peor que perder. Aquella noche, en su diminuta habitación, frotó la lámpara sin mucha esperanza. Para su sorpresa, un genio apareció envuelto en una nube de humo azul. "Un deseo, joven Lucas. Solo uno." Sin pensarlo demasiado, con una mezcla de cansancio y resentimiento, Lucas murmuró: "Deseo que Nick Walker sea mi padre sobreprotector, amoroso, posesivo y controlador." Instantáneamente, una luz cegadora lo envolvió y perdió el conocimiento. A la mañana siguiente, despertó en una cama suave, rodeado de muebles elegantes y una vista panorámica de una ciudad lujosa a través de enormes ventanas. El tono oscuro de la habitación denotaba riqueza y poder. Al inspeccionar más, se dio cuenta de que no estaba solo. Nick Walker, el mismo hombre que lo había mortificado durante tanto tiempo, entró en la habitación, pero con una expresión completamente diferente a aquella cruel mueca a la que estaba acostumbrado. Sus ojos eran cálidos y protectores. "Buenos días, hijo," dijo Nick, acercándose para darle un abrazo. "Espero que descansaras bien. Hoy vamos a desayunar juntos y luego te llevo a la prepa." Lucas, atónito, apenas podía articular palabras. Su enemigo ahora era su padre. Un verdadero padre, protector y atado a él de una manera infinita. En la escuela, Lucas era intocable. El miedo y el respeto que todos los estudiantes y profesores le tenían a Nick Walker ahora los mantenía a raya. Nadie se atrevía siquiera a mirarlo mal, y las paredes que antes parecían agolparse sobre él, ahora parecían desaparecer. Sin embargo, Lucas pronto notó que su nueva vida perfecta tenía un costo alto. Nick, siendo sobreprotector y posesivo, no permitía que se acercara a nadie. "Nadie en esta escuela está a tu altura, hijo," solía decir mientras ajustaba su moño perfecto antes de dejarlo en la escuela. Lucas se dio cuenta de que, aunque ya no era víctima de bullying, la soledad le seguía persiguiendo. Las tardes las pasaba bajo la vigía constante de Nick, quien le enseñaba ejercicios de defensa personal y se aseguraba de estar siempre presente. Las llamadas telefónicas eran restringidas y los pocos amigos que tenía dejaron de buscarlo. La protección de su nuevo padre era una jaula dorada. Lucas, alguna vez soñando con una vida libre de miedo, había encontrado una pared aún más alta. Aunque el tormento había cambiado su forma, seguía atrapado en un ciclo de control y aislamiento. En las noches de insomnio, reflexionaba sobre su deseo y las metas inconclusas de tener una vida normal. Mientras Nick seguía siendo el padre protector, Lucas entendía que la verdadera libertad radicaría en aceptarse a sí mismo y no depender de los caprichos del destino o de una lámpara mágica. Y así, mientras pasaban los días, Lucas buscó encontrar su propia voz en medio de ese mundo impasible y comenzar a forjar su propio camino, libre de deseos y dependencias.