Misinterpreted Desires: The Nerd and the Lamp Genie

Era un día como cualquier otro en el bullicioso y glamoroso estudio de cine para adultos. Alex, un joven de 18 años, de complexión robusta y con una pasión inquebrantable por la tecnología, se encontraba como siempre en su rincón, arreglando los utileros de la próxima escena. Alex prefería mantenerse al margen, no solo por su timidez natural, sino también porque quería evitar cualquier encuentro con Seth Gamble, el actor principal del estudio. Seth, un hombre de 37 años, era la definición misma de atractivo y carisma. Musculoso, ególatra y narcisista, Seth no perdía oportunidad para ejercer su dominación sobre Alex, recordándole constantemente su posición en la jerarquía del estudio. Para añadir más sal a la herida, Seth también era el novio de la hermana de Alex, algo que ni ella, ella ignoraba completamente el maltrato que su hermano sufría. Un jueves en particular, mientras limpiaba el almacén, Alex halló una lámpara antigua cubierta de polvo. Sin pensar mucho en ello, comenzó a pulirla hasta dejarla libre de impurezas. En ese instante, una nube de humo llenó el lugar y un genio apareció ante él. “Soy un genio y tengo el poder de concederte un deseo,” proclamó. Alex, aún sorprendido, reflexionó en voz alta: “Yo nunca desearía que Seth Gamble en vez de ser novio de mi hermana, sea mi novio. Yo nunca tendría de novio a un bully”. El genio, sin embargo, malinterpretó sus palabras y desapareció en un destello de luz. Alex, pensando que todo había sido un sueño, continuó su día con normalidad, desconociendo lo que estaba por venir. A la mañana siguiente, Alex despertó en una cama desconocida, en una habitación que exudaba lujo y elegancia. A su lado, el perfecto torso desnudo de Seth Gamble dormía plácidamente. Alex estaba confundido y aterrorizado, sin saber cómo había acabado en esa situación. Seth despertó y, al ver a Alex, sonrió seductoramente. “Feliz aniversario de seis meses, amor”, dijo Seth, acariciando suavemente el brazo de Alex. “Sé que tu hermana nos odia porque terminé con ella para estar contigo, pero lo hice porque de verdad te amo. Todo ese bullying era solo para llamar tu atención, pero ahora eso quedó atrás. Hoy celebraremos nuestro amor como siempre.” Antes de que Alex pudiera procesar lo que Seth acababa de decir, se encontró inmerso en una serie de caricias y besos apasionados. La experiencia lo dejó impresionado por la ferocidad y la intensidad de los sentimientos de Seth, una mezcla de emociones que nunca había conocido. Era algo que lo descolocaba, una mezcla avasalladora de rechazo y atracción que lo hacía sentir atrapado en un torbellino emocional. Después de ese momento íntimo, Alex miró a Seth con una nueva comprensión, algo en su interior cambió, aunque seguía abrumado por la transformación de su realidad. La idea de que un deseo malentendido podría alterar tanto su vida lo dejó con una nueva perspectiva sobre los caprichos del destino. Ahora, debía navegar sus complejos sentimientos y descubrir cómo reconstruir su realidad en este inesperado giro del destino.