**Maldición en las Ruinas: El Cambio de Aurelio Casillas**

En los oscuros caminos de la sierra mexicana, Aurelio Casillas, el famoso narco conocido como el Señor de los Cielos, se encontraba en la cima de su imperio criminal. Con su atractivo viril y musculatura esculpida, era temido por muchos y deseado por más aún. Las mujeres entraban y salían de su vida, atraídas por su poder y su peligroso encanto. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado cuando una serie de eventos lo llevó a un antiguo templo maya, donde sus hombres decidieron asaltar las riquezas escondidas en sus cámaras secretas. Al profanar el antiguo templo, despertaron una maldición ancestral que cambiaría para siempre el destino de Aurelio. Pasaron solo unos días antes de que comenzara a sentir los efectos. Su corazón, antes endurecido por la crueldad y las traiciones, comenzó a latir fuertemente por una persona inesperada. Aurelio se encontró obsesionado, no por una de las muchas mujeres que lo rodeaban, sino por un joven nerd, débil y aparentemente insignificante, llamado Nicolás. Nicolás era un estudiante de arquitectura que se encontraba investigando las estructuras del templo cuando la vida de Aurelio se cruzó con la suya. Construyendo sobre su obsesión, Aurelio ordenó a sus hombres que investigaran cada detalle de la vida de Nicolás. Quería conocer sus gustos, sus miedos, cada recoveco de su vida. No podía soportar la idea de que alguien más tuviera su atención. Decidido, se acercó a Nicolás, utilizando sus habilidades de seducción para intentar conquistarlo. "Serás mío", le dijo con un tono seguro pero con un fuego que no podía esconder. Sin embargo, Nicolás, con franqueza y valentía, respondió: "Nunca me fijaría en un mujeriego. No eres un gran hombre solo por tener muchas mujeres". Las palabras de Nicolás calaron hondo en Aurelio, llenándolo de una furia sofocada. "Si fueras otra persona te mataría," confesó Aurelio con un tono amenazante, "pero tú me has vuelto loco. Serás mi novio, y solo mío". El tiempo pasó y sus intentos de enamorar a Nicolás resultaron infructuosos. Finalmente, una noche, Aurelio decidió tomar otro enfoque. "Te dejaré tranquilo", le dijo, aparentando resignación. "Antes, podríamos beber algo por la paz". Nicolás, cansado de la insistencia de Aurelio, aceptó la oferta. Pero en la bebida había un potente afrodisíaco que nubló los sentidos de Nicolás. Despertó al día siguiente, casado civilmente con Aurelio, y con recuerdos vagos de una noche de pasión desenfrenada en la mansión del narco. Despertando a esa realidad, Nicolás se encontró entre la espada y la pared. Pensaba en su familia y en lo que podrían hacerles si intentaba huir. Con ese miedo palpando en su mente, decidió quedarse con Aurelio. "Si de verdad me amas", le dijo finalmente a Aurelio, "termina con tus aventuras extramaritales y solo estate conmigo". Aurelio, sintiendo por primera vez un amor verdadero y devastador, aceptó las palabras de su "reina". Con determinación, usó su poder y su influencia para deshacerse de todas sus amantes, utilizando tanto el dinero como el miedo para asegurarse de que nadie violara su deseo. Así, contra todo pronóstico, el temido Aurelio Casillas, el Señor de los Cielos, se convirtió en un hombre fiel, dispuesto a hacer cualquier cosa por el amor que la maldición había puesto en su corazón.