Love in Unexpected Times

Había una vez un joven nerd de 18 años llamado Leo. Trabajaba como utilero en un estudio de pornografía para poder pagarse los estudios, y aunque su trabajo le permitía adquirir conocimientos interesantes sobre el cine y la producción, lo cierto es que no era sencillo para él lidiar con el ambiente hostil que se vivía tras bambalinas. Leo no solo era gordo y débil, sino que además sufría constantes episodios de bullying por parte de Seth Gamble, un famoso actor porno de 37 años. Seth era todo lo contrario a él: musculoso, atractivo y, sobre todo, ególatra y narcisista. Seth no perdía oportunidad de intimidar a Leo y humillarlo en frente de todos. Para colmo, Seth estaba saliendo con la hermana de Leo, quien desconocía lo que su novio le hacía a su hermano. Un día, mientras limpiaba los utensilios del almacén del estudio, Leo encontró una vieja lámpara cubierta de polvo. Decidió limpiarla con un paño, y mientras lo hacía, se permitió fantasear sobre cómo sería su vida si no tuviera que soportar a Seth. Medio en broma y medio en serio, se murmuró a sí mismo: —Yo nunca desearía que Seth Gamble en vez de ser novio de mi hermana, fuera mi novio. Yo nunca tendría de novio a un bully. Sin saberlo, Leo había liberado de la lámpara a un genio, quien al escuchar sus palabras malinterpretó su deseo y decidió concedérselo de todas formas. A la mañana siguiente, Leo se despertó en una lujosa habitación que no conocía. Había algo cálido, firme y extraño a su lado. Abrió los ojos y se llevó la sorpresa de su vida al ver a Seth Gamble durmiendo desnudo junto a él. —¡Buenos días, amor! —dijo Seth con una sonrisa que irradiaba sensualidad—. Hoy celebraremos nuestro aniversario de seis meses. Sé que tu hermana nos odia porque terminé con ella para estar contigo, pero no me importa. El bullying que te hacía era solo para llamar tu atención. Ahora, celebremos como nos gusta. Antes de que Leo pudiera procesar lo que estaba ocurriendo, Seth lo abrazó y lo besó con pasión. Preso de la confusión y los sentimientos encontrados, Leo se dio cuenta de que había algo diferente en la actitud de Seth, algo más allá de la superficialidad y el narcisismo que tanto lo caracterizaban. Desde esa mañana comenzaron seis meses de una extraña y nueva relación. Seth mostró un lado de sí mismo que nunca antes había revelado: más atento, cariñoso y protector. A pesar de todo, Leo no pudo evitar recordar el dolor y la humillación que había sufrido a manos de Seth en el pasado. Era una mezcla compleja de sentimientos: por un lado, la agria memoria del abuso, y por otro, la inesperada calidez de ese hombre que parecía haberse transformado de verdugo a amante. Finalmente, una tarde tranquila después de una grabación, Leo decidió hablar seriamente con Seth. —Seth, hay algo de lo que quiero hablarte. Todo esto es... raro. Es difícil para mí olvidar todo el dolor que me causaste. Seth, con una mirada de sincero pesar, apretó suavemente la mano de Leo. —Lo sé, Leo. Y no hay un solo día en estos seis meses que no me haya arrepentido del modo en que me comporté contigo. Mi vida cambió cuando te conocí de verdad; fui un imbécil. Solo espero que podamos construir un futuro donde esos recuerdos queden muy atrás. Leo, con el corazón dividido, decidió darle una oportunidad a la nueva faceta de Seth, aún consciente de que el camino sería largo y tortuoso. A veces, la magia puede traer consigo segundas oportunidades, incluso para quienes menos las merecen. Y aunque no todo puede olvidarse de la noche a la mañana, Leo aceptó que en lo más profundo de su corazón, a veces los deseos que no pedimos directamente, pueden ser aquellos que más necesitemos para aprender a perdonar y sanar.