Love in the Lamp

Había una vez un joven nerd llamado Lucas, de 17 años, que siempre había sido la víctima del bullying en su prepa. Con su contextura delgada, gafas gruesas y cara llena de acné, era el blanco perfecto para aquellos que buscaban alguien a quien molestar. Su principal tormento venía en la forma de Nick Walker, un entrenador de gimnasio de 30 años increíblemente atractivo y musculoso. Nick solía burlarse de Lucas cada vez que lo veía, haciendo comentarios hirientes que socavaban su autoestima. Un día, mientras Lucas vagaba por una tienda de antigüedades, encontró una lámpara mágica cubierta de polvo en una estantería. Sin pensarlo dos veces, la compró. Cuando llegó a casa, restregó la lámpara y, para su sorpresa, un genio apareció ante él. —Puedo concederte un deseo, cualquier cosa que desees —dijo el genio con voz profunda y potente. Con lágrimas en los ojos y sin pensarlo demasiado, Lucas dijo, —Deseo que Nick Walker sea mi novio y que vivamos juntos. Al día siguiente, Lucas despertó en una habitación desconocida, una lujosa y espaciosa habitación. Al girarse, vio a Nick durmiendo a su lado. Antes de que pudiera reaccionar, Nick abrió los ojos y lo abrazó con ternura. —Buenos días, amor —dijo Nick, besando suavemente la frente de Lucas. —Esta noche te tengo una sorpresa por nuestro aniversario de 6 meses. Ve y prepárate, yo hago el desayuno para llevarte a la prepa. Lucas estaba atónito. ¿Qué estaba ocurriendo? Todo parecía un sueño. Se levantó, y mientras se vestía, comenzó a explorar la casa. Los objetos que llenaban la casa sugerían una vida compartida, fotos de ambos sonriendo en diversos lugares, cartas de amor, todo señalando que Nick y él habían estado juntos por meses. Ese día, mientras Nick lo llevaba a la prepa, Lucas comenzó a notar los gestos cariñosos y protectores de su supuesto novio. Nick ya no era el acosador cruel; en esta realidad, era cariñoso, atento y protector. Cada detalle era tan perfecto que Lucas comenzó a sentirse abrumado y confundido. En la prepa, sus compañeros de clase también parecían ser diferentes; lo trataban con respeto y simpatía, y varios comentaban sobre lo buena pareja que él y Nick eran. Lucas no podía evitar sentirse halagado y, poco a poco, se fue dejando llevar por la nueva realidad. Al finalizar el día, Nick lo recogió y le dijo —Vamos a casa, tengo una sorpresa para ti. Llegaron y la casa estaba decorada con luces y velas. Nick preparó una cena romántica y, durante la cena, confesó: —Lucas, estos seis meses han sido los mejores de mi vida. Te amo con todo mi corazón. En ese momento, Lucas, que había vivido siendo maltratado y despreciado, se dio cuenta de que había encontrado en Nick a alguien que lo hacía sentirse amado y valorado. Aunque su mente seguía dudando si esto era real o producto de su deseo impulsivo, su corazón se abrió a la idea de amar y ser amado a cambio. La noche culminó con un beso que selló su incipiente amor. Lucas dejó de cuestionar la realidad y se permitió ser feliz, disfrutando del amor y protección que Nick le ofrecía. Y así, vivimos juntos, felices y enamorados, demostrando que, a veces, los deseos más profundos y sinceros pueden cambiar la vida para siempre en formas inesperadas.