Love Echoes: Iñaki's Revenge

El sol comenzaba a ocultarse tras las montañas, tiñendo el cielo de un anaranjado incendiado cuando la desesperación y el amor no correspondido no dejaban a Iñaki descansar en paz. Desde el limbo, podía observar a Paloma todo el tiempo, y lo que veía lo atormentaba: Emiliano, su amigo de toda la vida, estaba enamorando a la mujer que él tanto amaba. Los celos revoloteaban en su alma, ansiosos y furiosos por la injusticia de su destino. Una noche oscura y tranquila, mientras su amigo Germán yacía en su cama, profundamente ebrio y ajeno al sufrimiento de su alma ausente, Iñaki decidió que había llegado el momento de tomar acción. Se deslizó silenciosamente por la noche, y con una determinación sellada por el dolor, se dirigió hacia Germán. El proceso no era sencillo ni agradable. Iñaki, como una sombra etérea y determinada, se adentró en el cuerpo de Germán. Sentía la resistencia por parte del espíritu de su amigo, pero la convicción de Iñaki era más fuerte. Necesitaba volver, necesitaba justicia y, sobre todo, necesitaba a Paloma. A la mañana siguiente, cuando la luz del sol traspasó las cortinas y acarició el rostro de Germán, Iñaki estaba nuevamente entre los vivos. Abrió los ojos lentamente, reconociendo el ambiente, los olores, la textura de las sábanas. Con una mueca amarga pero a la vez decidida, se levantó y se miró en el espejo. —Lo siento, Germán —dijo en voz baja, observando el rostro reflejado que ahora mostraba una determinación férrea—. Pero necesito tu cuerpo para estar con la mujer que amo y, a la vez, para vengarme y hacer justicia contra Carlota, esa malvada mujer que me robó mi felicidad. Empezando su día como Germán, Iñaki llevó a cabo la rutina habitual. Sin embargo, sus acciones y pensamientos estaban dictados por objetivos más oscuros y vehementes. A partir de este momento, la apariencia de Germán se convertiría en su herramienta de justicia y amor. Sabía que encontrar la manera de conquistar de nuevo a Paloma no sería sencillo. Emiliano se había convertido en un rival formidable, pero la intensidad de Iñaki y su resolución no conocían límites. Iñaki, ahora habitando el cuerpo de Germán, lanzó una mirada desafiante al espejo antes de salir. La batalla por amar y vengar estaba por comenzar. La historia de amor y revancha adquiría un nuevo y complejo giro, donde la lucha entre lo que el corazón desea y lo que la justicia demanda se entrelazaban en cada paso que daba. Con astucia y determinación, se encaminó hacia un destino incierto, dispuesto a hacer lo que fuera necesario para reparar el equilibrio, recuperar a su amada y destruir a Carlota, la causante de su desgracia. La sombra de Iñaki, oculta tras la fachada de Germán, viviría una vez más.