Love and Revenge: The Lord of the Skies' Game

Aurelio Casillas, conocido como "El Señor de los Cielos", era un hombre acostumbrado a conseguir todo lo que deseaba. Su atractivo físico, su musculatura impecable y su ego desmesurado le habían abierto muchas puertas, pero también le habían cerrado otras. La única mujer que había tenido el descaro de rechazarlo y traicionarlo, Estela, había desatado su ira. Aurelio era un hombre que no perdonaba y decidió vengarse de la manera más cruel. El plan era sencillo: enamorar y manipular a Sebastián, el hermano menor de Estela, un joven nerd de 18 años, ajeno al mundo oscuro en el que Aurelio operaba. Utilizando una identidad falsa, Aurelio se presentó como Rodrigo, un carismático empresario. Lo que comenzó como un juego de venganza, pronto se convirtió en algo más profundo que Aurelio nunca había anticipado. Sebastián, con su inocencia y pureza, fue capaz de romper las barreras que Aurelio había construido a su alrededor. Por primera vez en su vida, el que había jugado con los corazones de otros, se encontraba atrapado en los sentimientos genuinos del joven. Cuando Aurelio trató de distraerse con uno de sus habituales encuentros con sus amantes, descubrió que solo podía pensar en Sebastián. Aurelio, temiendo que Sebastián descubriera su verdadera identidad y la realidad de su mundo, tomó una decisión drástica. Una noche, enfrentó a Estela y la asesinó. "Me deshice de ti porque me estorbabas en mi camino," le dijo mientras la vida se escapaba de su cuerpo. "No pienso perder a tu hermano. Tranquila, yo voy a cuidarlo y protegerlo." Más tarde, Aurelio y Sebastián se casaron en una ceremonia privada. Sebastián seguía pensando que estaba casándose con Rodrigo, el empresario, sin sospechar que en realidad era el señor de los cielos. La noche de bodas en una de las haciendas de Aurelio fue mágica, llena de pasión y entrega. Pero el secreto oscuro seguía latente. Semanas después, la curiosidad de Sebastián lo llevó a descubrir la verdadera naturaleza de Aurelio. Una noche, lo vio torturando a un traidor y ordenando la desaparición del cadáver. "Patrón, ya conseguí el pasaporte para que usted y su esposo viajen de luna de miel," dijo uno de los sicarios justo después de la tortura. "Ya tengo todo ordenado según sus órdenes." Aurelio sonrió y respondió: "Buen trabajo. Adiós." Horrorizado y temiendo por su vida y la de su familia, Sebastián decidió huir. Al entrar a su habitación, comenzó a empacar sus cosas apresuradamente. Pero Aurelio, notando su agitación, sacó una pistola y apuntó directamente a él. "Si te vas de mi lado, mataré a tu familia como maté a tu hermana," amenazó con voz oscura y fría. "Y te buscaré por cielo y tierra. Eres mío y de nadie más." Sebastián, recordando el amor y la protección que tenía hacia su familia, decidió quedarse. Esa noche, Aurelio lo sedujo una vez más, y la pasión entre ellos ardió con más intensidad que nunca. El placer que Aurelio le proporcionaba le hacía perder los sentidos, aunque el joven no podía borrar de su mente la verdad que había descubierto. Así, Sebastián se encontró atrapado en una jaula dorada. Aunque su corazón latía por el hombre que había amado, no podía ignorar el monstruo que sabía que éste era. Y Aurelio, dispuesto a todo para no perderlo, continuaba caminando la línea del amor y la crueldad, asegurándose de que Sebastián nunca escapara de su lado.