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En una ciudad tranquila y apacible vivían dos hermanos totalmente opuestos entre sí. Sebastián, el hermano mayor, era un lujoso quarterback de 18 años, arrogante, narcisista, y codiciado por las chicas de la ciudad debido a su atractivo físico y musculoso cuerpo. Su hermano menor, Guillermo, era un tímido soñador de 16 años, conocido por su sobrepeso, su personalidad introvertida y que además era abiertamente gay. Sebastián, que también se deleitaba acosando a su hermano, no mostraba ninguna simpatía por la diferente sexualidad de Guillermo. Una noche, los hermanos se fueron a dormir sin saber que sus vidas cambiarían para siempre. Todo comenzó con una chica rechazada por Sebastián tras ganar una apuesta en la que ella era el objeto. Llena de ira, decidió lanzar un hechizo sobre él para enseñarle una lección, ignorando que el hechizo recaería también en su hermano menor. Al amanecer, ambos hermanos se despertaron en cuerpos diferentes y sufrieron el shock de sus vidas cuando se enfrentaron al espejo. Por error, Sebastián, ahora en el cuerpo de su hermano, se humillaba aún más dentro del cuerpo de Guillermo; mientras tanto, Guillermo, sorprendido por la fortaleza y la atracción de su nuevo cuerpo, exploró sus bíceps, tríceps, pectorales y abdominales, sin poder ocultar su entusiasmo. Durante ese día, Guillermo, ahora en el cuerpo de su hermano, disfrutaba de la atención y admiración que recibía. Para sorpresa de todos, descubrió que el mejor amigo de Sebastián, Rodrigo, estaba secretamente enamorado de su hermano. Tentado por la oportunidad, Guillermo no dudó en tener un encuentro íntimo con Rodrigo, convirtiéndose tanto en el objeto de su deseo como en su confidente. El hechizo estaba destinado a revertirse después de un día, siempre y cuando ninguno de los dos tuviera relaciones sexuales en su nuevo cuerpo. Ignorantes del hecho, Guillermo decidió ceder a la pasión con Rodrigo, haciendo que el cambio de cuerpo se volviera permanente. Incapaces de deshacer el hechizo, los hermanos nunca volvieron a su estado original. A pesar de inicialmente verse afectados por la situación, ambos hermanos comenzaron a experimentar la vida desde una perspectiva nueva y a aprender lecciones valiosas de la experiencia. Sebastián, atrapado en el cuerpo de Guillermo, se veía ahora obligado a experimentar la vida desde el punto de vista de su hermano, mientras que Guillermo, ahora en el cuerpo de Sebastián, disfrutaba de forma plena el afecto de Rodrigo. Aunque el camino fue difícil, ambos hermanos aprendieron a adaptarse a sus nuevas realidades.