### Legado de Oscuridad

En la deslumbrante ciudad de Los Ángeles, Christian de la Campa, un renombrado actor y modelo, reinaba con su atractivo físico, su musculatura esculpida y su sonrisa que derretía corazones. Para Christian, todo giraba en torno a su carrera, su cuerpo perfecto y las conquistas amorosas que lo llenaban de placer temporal. Sin embargo, escondido en las sombras de su fastuosa mansión, había un secreto que lo atormentaba: su hijo de 16 años, Alex. Alex era todo lo opuesto a Christian; un joven noble, nerd y físicamente débil que había sido siempre la mayor vergüenza de su padre. Christian nunca había soportado la idea de que alguien pudiera cuestionar su legado debido a la presencia de Alex. Lo golpeaba, lo humillaba, y lo hacía pasar públicamente como un simple ahijado para preservar su imagen. A los ojos del mundo, Christian era un soltero codiciado y sin ataduras, con excepción de las numerosas mujeres que iban y venían de su vida. Una noche, en uno de sus frecuentes encuentros con una bella mujer que había conocido en un club exclusivo, Christian se encontró con un destino que cambiaría su vida para siempre. La mujer, de una belleza etérea, resultó ser una vampiresa. En medio de la pasión, la vampiresa, guiada por una sed insaciable, mordió a Christian, convirtiéndolo en uno de los suyos. La transformación fue aterradora y excitante para Christian. Su percepción de los humanos cambió; ya no eran más que comida y entretenimiento. Durante la noche, salía a cazar, saciando su sed y divertiéndose con el caos que dejaba a su paso. Sin embargo, Alex empezó a notar los cambios en su padre y las noticias sobre cinco mujeres asesinadas con misteriosas marcas de mordidas en el cuello. Preocupado, Alex decidió seguir a su padre sin que él se diera cuenta. Una noche, lo observó mientras este se preparaba para atacar a una mujer. Con valentía, Alex salió de su escondite, distrajo a su padre y permitió que la mujer escapara. Christian, furioso y con los colmillos al descubierto, se preparó para morder a Alex, pero el aroma de la sangre de su hijo y el débil susurro de la palabra "papá" alcanzaron su conciencia vampírica. En un instante, un pensamiento ancestral le cruzó la mente: heredero. En ese momento de claridad, Christian recuperó el control de sí mismo. Viendo la sed de sangre en los ojos de su padre, Alex se cortó la mano y ofreció su propia sangre. Christian, sorprendido por el gesto, preguntó: "Me convertí en un monstruo, ¿por qué no huyes de mí después de todo el daño que te he hecho?" Alex, con lágrimas en los ojos, respondió: "A pesar de todo, eres mi padre. Tú no eres un monstruo. Saldremos adelante; nos tenemos el uno al otro." Esa noche cambió la relación entre Christian y Alex. Christian empezó a dedicar tiempo a su hijo, dándole el amor y la atención que nunca le había ofrecido antes. Sin embargo, días después, la mujer que había sobrevivido al ataque de Christian lo denunció. Se enteraron de que querían cazarlo, encerrarlo y quitarle a su hijo amado. Decidió huir con Alex, refugiándose en una de sus propiedades. Christian prometió no matar a personas y cazar solo animales. Alex, con su corazón lleno de esperanza, le creyó, aunque era mentira. Christian continuó cazando mujeres en la ciudad mientras su hijo dormía, disfrutando de la caza y de la compañía femenina en la cama. Esta doble vida continuó durante meses hasta que Alex descubrió la verdad. Desesperado, Alex planeó su escape. Fingió que los policías lo llevaban a un hogar de paso. Sin embargo, el escape fue breve. Christian, al encontrar a su hijo, lo "rescató" y lo llevó a otro castillo más apartado, esta vez con un guardián que protegería a Alex de cualquier intento de fuga. El guardián, obligado por Christian para proteger a su propia familia, vigilaba de cerca. Alex, atrapado, intentó escapar varias veces sin éxito. Christian lo cuidaba, lo consentía y lo entrenaba. Le quitó los lentes y lo forzó a seguir rutinas de gimnasio, moldeándolo a su imagen. Pasaron años, y en un acto final de desesperación y amor distorsionado, Christian mordió a su querido hijo, convirtiéndolo también en vampiro contra su voluntad. En su mente, creía que todo lo hacía por el bien de Alex, asegurando que nunca estarían solos y que compartirían para siempre la eternidad que el destino les había impuesto.