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Question: Escribe una historia en la que un nerd feo y debil de 17 años que sufre bullying de parte del entrenador musculoso, egolatra, atractivo, millonario y narcisista de 33 años, un dia el nerd al comprar una lampara que sin saber cumplia cualquier deseo, dijo sin pensar: deseo que el entrenador sea mi padre posesivo, protector y controlador, el sin saberlo la lampara cumplio el deseo, cuando el nerd se desperto al dia siguiente en una habitacion elegante que no era la suya y que era totalmente contraria a su personalidad y vio al bajar a desayunar que su padre era el entrenador, el entrenador al verlo sonrio cariñosamente y dijo: buenos dias hijo, ya desayunaremos el desayuno que la criada nos hizo esto ultimo en un tono despectivo dirigido a la criada que en realidad era la madre del nerd, en esta realidad la madre del nerd al saber que iba a tener un hijo del entrenador le pidio ayuda economica, el entrenador al saber que iba a ser padre se puso feliz y decidio friamente que su hijo solo seria de el y que no tendria madre, el no iba a permitir que una mujer pobre fuera madre de su heredero y obligo a la mujer que si queria ver crecer al pequeño que mantuviera las distancias y eso sucedio, volviendo al presente el entrenador le dijo ya nos vamos a la prepa hijo, recuerda hijo que en la prepa soy tu profesor, estoy orgulloso de tus calificaciones, empezaremos a entrenar tu fisico para que seas fuerte, y volviendo a lo de siempre no puedes tener amigos porque nadie esta a la altura de ti mi adorado hijo , y cualquiera que se acerque a ti sabe que conocera mi furia y no deseara tenerme de enemigo, nadie toca lo que es mio, tu eres mio y solamente mio mi pequeño.
Una vez hubo un joven llamado Lucas, un nerd de 17 años que se encontraba atrapado en un ciclo de acoso sin fin. Su acosador no era un compañero, sino el entrenador del instituto, Alejandro, un hombre de 33 años, musculoso, atractivo, millonario y profundamente narcisista. Sin tener a alguien a quien recurrir, cada día era una tortura para Lucas. No había manera de evitar las burlas y las humillaciones que venían de aquel hombre, cuyo poder y presencia parecían inquebrantables. Una tarde, buscando refugio y consuelo, Lucas entró en una tienda de antigüedades. Entre los objetos polvorientos y olvidados, encontró una lámpara peculiar. Llevado por la curiosidad y por un destello de esperanza, la compró. Sin saberlo, poseía la capacidad de conceder deseos. Al llegar a casa, sollozante y lleno de rabia, la sostuvo firmemente y, casi sin pensar, murmuró: "Deseo que el entrenador sea mi padre posesivo, protector y controlador." Al despertar al día siguiente, Lucas se encontró en una habitación que no se parecía en nada a la suya. Era elegante, decorada con opulencia, un lugar que nunca habría imaginado habitar. Desconcertado, se vistió y bajó a desayunar. Para su asombro, encontró a Alejandro sentado en la mesa, mirándolo con una sonrisa cariñosa. —Buenos días, hijo —dijo Alejandro, en un tono que mezclaba cariño y autoridad—. La criada ha preparado el desayuno. Lucas observó a la mujer que había preparado la comida y sintió un nudo en el estómago al reconocerla: era su madre. En esta nueva realidad, Alejandro había descubierto que iba a ser padre y, liberado de la humanidad que le frenaba, había decidido que su hijo sería solo suyo. Había comprado el silencio y la distancia de la madre, relegándola a la posición de criada. —Ya nos vamos a la preparatoria, hijo —dijo Alejandro con firmeza—. Recuerda que en la escuela soy tu profesor. Estoy orgulloso de tus calificaciones, pero a partir de hoy empezaremos a entrenar tu físico. Quiero que seas fuerte. Lucas sintió un escalofrío al escuchar las palabras de su nuevo padre. —Y, como siempre, no puedes tener amigos —continuó Alejandro, su voz adquiriendo un matiz peligroso—. Nadie está a tu altura, mi adorado hijo. Cualquiera que se acerque a ti sabrá que conocerá mi furia y no deseará tenerme de enemigo. Nadie toca lo que es mío. Tú eres mío y solamente mío, mi pequeño. Los días siguientes fueron una mezcla de miedo, confusión y extraña familiaridad. En la escuela, Alejandro mantenía las apariencias de ser un estricto pero justo profesor, mientras que en casa se convertía en un padre obsesivo y controlador. La madre de Lucas, siempre presente pero invisible, lo miraba con tristeza, su amor y dolor visibles en sus ojos que hablaban el rencor que no podía expresar. Lucas se vio arrastrado a un mundo donde todo tenía un precio, y su libertad era el costo más alto. Tenía todo lo material que podría desear, pero cada día se sentía más cautivo. Ya no era el nerd débil e indefenso, pero la fuerza física que comenzaba a ganar no compensaba la prisión emocional en la que vivía. Mientras pasaban los días, el deseo innato de Lucas por la auténtica libertad y amor creció. Entendió que el precio de su deseo había sido demasiado alto. No sabía cómo, pero iba a encontrar la manera de deshacer el deseo, de salvar a su madre y, sobre todo, recuperar la esencia de su verdadero yo. La lámpara antigua todavía estaba en su posesión, y Lucas comenzó a indagar en antiguos textos y legendas, buscando la manera de revertir su deseo. Sabía que la lucha que le esperaba era grande, y aunque su padre posesivo y controlador lo vigilaba de cerca, el anhelo de libertad y verdadera conexión humana ardía con fuerza en su corazón. Lucas no estaba dispuesto a rendirse. Su lucha por liberar a su madre y a sí mismo apenas comenzaba.
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