La Transformación: Cuando la Realidad Supera la Fantasía

Era una vez un adolescente extremadamente inteligente, pero desafortunadamente muy poco agraciado y débil llamado Edgar. Por mucho tiempo, Edgar había estado enamorado de la estrella de la pornografía gay y bisexual, Roman Todd. No solo admiraba el atractivo físico de Todd, sino también su confianza y la manera en que siempre parecía amar su reflejo en el espejo. Un día, mientras vagaba por una tienda de antigüedades, Edgar encontró un antiguo espejo de cuerpo entero. El espejo era magnífico, con un marco de oro reluciente y un intrincado diseño de hojas y vides. Edgar normalmente se desviaba de los espejos, frustrado por su propia apariencia, pero este espejo en particular parecía llamarlo. Mirándose en el espejo, Edgar suspiró de tristeza y dijo: "Deseo ser Roman Todd". En ese momento, algo increíble sucedió. Su reflejo en el espejo cambió, ya no era su propio cuerpo delgado y desgarbado lo que veía, sino el cuerpo voluptuoso y atractivo de Roman Todd, vestido solo con boxers blancos ajustados. Edgar, asombrado, tocó el espejo y de repente una descarga eléctrica recorrió su cuerpo. Cuando abrió los ojos, vio con asombro cómo sus brazos habían crecido de tamaño y sus músculos estaban tensos y fuertes. Miró hacia abajo y vio el físico impresionante, similar al de una estatua griega, y sintió la seda de los ajustados boxers blancos. Con un sobresalto, se dio cuenta de que su deseo se había concedido: ahora era Roman Todd. En ese momento, algo cambió en él. Se enamoró de su nuevo físico, disfrutando de la sensación de fuerza y belleza que ahora poseía. A medida que pasaba el tiempo, Edgar -ahora Roman- cambió de manera drástica. Ahora era superficial y narcisista, pasando horas frente al espejo encantado que había cambiado su vida. No sentía ningún deseo de volver a ser Edgar, encantado con su nueva apariencia y las oportunidades que traía. Decidió quedarse en este cuerpo para siempre, disfrutando de la nueva confianza y estatus que le proporcionaba. Y así, el humilde Edgar se convirtió en un atractivo, narcisista y musculoso actor, viviendo la vida que siempre había soñado. Aunque a veces miraba hacia atrás, a sus días siendo un nerd flaco y débil, nunca se arrepentía de su decisión. Después de todo, ahora era Roman Todd.