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Question: Escriba una historia en la que el atractivo, varonil y musculoso actor y modelo Cristian de la Campa, tenga un hijo de 15 años, este hijo para todo el mundo es un ahijado cuyos padres abandonaron en su mansion, esto debido a que Christian le daba verguerza su hijo porque era feo, un comelibros, un nerd y un chico debil, Christian no aceptaba tener un hijo asi por eso lo negaba y deseaba que no existiera porque le estorbaba, Christian con el joven era cruel, arrogante y narcisista que disfrutaba amargandole la vida al joven, el joven no tenia amigos debido a que en la preparatoria de puros niños ricos lo veian como un becado y un huerfano, la unica persona cerca y que le daba amor de padre era el chofer, que no podia creer que un padre tratara asi a su propio hijo por el joven el chofer no se habia ido, se habian vuelto inseparables como un padre y un hijo, el chofer al ver el sufrimiento del joven habia hecho los tramites de adopcion cuyos documentos Christian firmo sin darse cuenta lo que firmaba, en esos papeles ponia que el padre biologico ya no tendria derecho a estar cerca de su hijo y que perdia todos los derechos sobre el, el chofer los tenia guardados por el momento, un dia en que el joven ya cansado de los maltratos de su padre habia empacado una maleta para irse y poder vivir su vida, Christian al ver al joven irse le dijo: tu regresaras de rodillas a que te acepte de nuevo en mi casa, al menos me libre de un estorbo que me amargo la vida, en ese momento mientras discutian unos sicarios contratados por una mas de las aventuras de Christian tenian orden de matarlo, el joven al ver que los sicarios le iban a disparar a su padre, a pesar de todo el daño provocado el era su padre, los sicarios le dispararon a Christian pero ninguna bala le dio porque el joven se interpuso, despues de eso los sicarios se fueron, Christian al ver al joven caer los remordimientos de culpa lo embargaron, Christian tomo al joven y le dijo: perdoname hijo, resiste por favor, no te vayas, en ese momento las ambulancias llegaron y se llevaron al joven al hospital, le salvaron la vida, el joven lo mandaron a una habitacion, Christian entro a la habitacion del joven acompañado por el chofer, el joven al ver al Chofer le dijo papa estoy bien, necesito uno de tus abrazos y el chofer abrazo al joven, esa accion desencadeno que los celos paternales de Cristian salieran y vieran al chofer como un enemigo que debia eliminar porque le queria arrebatar lo que era suyo, esa noche Cristian se acerco al chofer y le dijo esta sera tu ultima noche aqui, aqui esta tu liquidacion, no te volveras a acercar a mi hijo, el chofer de manera ironica lo reto y le dijo: cual hijo dice usted señor, segun usted que se ha encargado de decir que no tiene hijos, si no tiene hijos como yo me voy a acercar a su hijo, fuera de eso usted firmo una orden de adopcion en donde dice que el nuevo padre del joven es tal persona, si me voy me llevo a mi hijo aunque no lleve mi sangre yo lo quiero como si lo fuera, usted perdio un gran hijo por su vanidad y su ego, Cristian para no perder al joven le dijo al chofer has ganado por el momento , seguiras trabajando aqui, pero te juro que te destruire y recuperare a mi hijo y hare que el me ame, te has ganado a un gran enemigo, a partir de ese momento Cristian empieza a hacer cualquier cosa para recuperar a su hijo y evitar que ese chofer se lo lleve, en la mente de Cristian el joven es su hijo y no permitira que un muerto de hambre le robe a su hijo.
En una fastuosa mansión en las colinas de Beverly Hills, el actor y modelo Cristian de la Campa vivía una vida extraordinaria. Su físico atlético y su carisma lo convertían en el centro de atención en cada evento de alfombra roja, deseado por mujeres y envidiado por hombres. Pero escondido tras las puertas cerradas de su hogar, había una joven alma que sufría en silencio: su verdadero hijo de 15 años, Joaquín. Cristian siempre había negado la existencia de Joaquín, presentándolo a todos como su ahijado, abandonado por unos padres desalmados. Joaquín era todo lo contrario de su padre: un nerd, con gafas gruesas, frágil y encorvado, y amante de los libros. Cristian nunca pudo soportar la idea de tener un hijo que no reflejara su propia perfección física. Así, se desquitaba con crueldad y desprecio, y Joaquín se convirtió en un blanco fácil para quienes buscaban complacer al famoso actor. La sosegada vida de Joaquín solo encontraba refugio en los brazos del chofer de la mansión, Manuel. Manuel, un hombre de corazón noble y lleno de amor, no podía entender cómo un padre podía tratar tan mal a su propio hijo. Fue por ver crecer a Joaquín que Manuel no había dejado aquel trabajo. Con el tiempo, entre ellos surgió un vínculo inseparable, más cercano que muchos lazos de sangre. Viendo la desesperación y tristeza en los ojos de Joaquín día tras día, Manuel tomó una decisión: inició los trámites de adopción sin informar a Cristian, quien firmó los documentos sin siquiera leer, confiado en el hombre que llevaba años sirviéndole. La tensión en casa era palpable, y un día Joaquín, después de soportar años de maltrato, decidió empacar sus pertenencias y abandonar la mansión. Pero Cristian, con su característico desdén, le espetó: —Volverás de rodillas pidiéndome que te acepte de nuevo en esta casa. Al menos me libero de un estorbo que solo me ha amargado la vida. El destino tenía otros planes. Justo cuando la discusión subía de tono, unos sicarios irrumpieron en el lugar, apuntando directamente a Cristian, contratados por una de sus aventuras amorosas fallidas. Joaquín, sin pensarlo dos veces, se interpuso entre los disparos y su padre. Las balas lo alcanzaron, y los sicarios huyeron. Cristian se arrodilló junto a su hijo herido, presa de un remordimiento profundo. —Perdóname, hijo. Resiste, por favor. Las ambulancias llegaron rápidamente y llevaron a Joaquín al hospital, donde lograron salvarle la vida. Desde su cama de hospital, el joven llamó a Manuel: —Papá, estoy bien. Por favor, necesito uno de tus abrazos. El chofer no vaciló y lo rodeó con sus brazos, brindándole la calidez que tanto necesitaba. Esta escena desató una ola de celos en Cristian, quien ya no veía a Manuel como un simple trabajador, sino como un enemigo. Más tarde esa noche, Cristian confrontó a Manuel: —Esta será tu última noche aquí. Aquí tienes tu liquidación. No te acerques más a mi hijo. Manuel, sin perder la compostura, respondió: —¿Qué hijo, señor? Si usted mismo ha dicho que no tiene hijos. Además, firmó una orden de adopción en la que figura como padre adoptivo. Si me voy, me llevaré a mi hijo, aunque no lleve mi sangre. Yo lo amo como si lo fuera. Usted perdió un gran hijo por su vanidad y ego. Cristian, sabiendo que había firmado aquellos documentos, retrocedió pero lanzó una amenaza: —Has ganado por ahora, Manuel. Seguirás trabajando aquí, pero juro que te destruiré y recuperaré a mi hijo. Me he ganado a un gran enemigo. Desde ese momento, Cristian se embarcó en una misión desesperada para recuperar el amor de su hijo y evitar que Manuel se lo llevara. Aunque sabía que el camino sería arduo, su orgullo y determinación lo impulsaron. En su mente, Joaquín era su hijo, y no permitiría que un "muerto de hambre" se lo robara. Así, en medio de un mundo lleno de lujos y apariencias, comenzó la verdadera batalla por el amor de un hijo olvidado.
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