**La lámpara mágica: Deseo y consecuencias**

Érase una vez un joven llamado Lucas, un muchacho de 17 años que era lo que muchos llamarían un "nerd". Era delgado, de aspecto frágil y sufría acoso constante en su preparatoria. Los peores de todos eran el entrenador Miller, un hombre musculoso y egocéntrico de 33 años, y Max, el chico más popular y atractivo de 18 años, ambos con una personalidad narcisista y ególatra. Un día, mientras Lucas navegaba en una tienda de antigüedades, encontró una lámpara y decidió comprarla. Aquella misma noche, sin saber que la lámpara podía realizar deseos, Lucas dijo en voz alta: "Desearía que el entrenador fuera mi padre posesivo, protector y controlador y que Max me amara con locura y fuera mi novio". Y así, sin más, la lámpara concedió el deseo. A la mañana siguiente, Lucas se despertó en una habitación elegante, completamente diferente a la suya. Al bajar a desayunar, quedó sorprendido al ver que el entrenador Miller lo esperaba. El entrenador sonrió cariñosamente y dijo: — Buenos días, hijo. El desayuno está listo. La criada lo ha preparado. Este último comentario fue dirigido despectivamente hacia la mujer que cocinaba en la cocina. Era nada menos que la madre de Lucas, ahora en su rol de criada. En esta nueva realidad, al saber que tendría un hijo del entrenador, ella había pedido ayuda económica. El entrenador, al enterarse de que iba a ser padre, decidió fríamente que el niño solo sería suyo y eliminó casi todo contacto entre madre e hijo, dejándola solamente con la tarea de ser la criada de la casa. — ¡Vamos a la prepa, hijo! — Continuó el entrenador. — Recuerda que allí soy tu profesor. Estoy muy orgulloso de tus calificaciones. Pronto empezaremos a entrenar tu físico para que seas fuerte y tengas un gran futuro. — Luego, lo abrazó paternalmente. — Esta noche celebraremos tu premio en las Olimpiadas Matemáticas del estado. Dime, ¿qué deseas? Te daré todo lo que me pidas. En esta nueva realidad, Lucas encontró un lado oculto del entrenador Miller: un padre amoroso y protector, aunque con los demás seguía siendo igual de cruel. Sin embargo, desconocía la faceta posesiva y controladora del entrenador, quien limitaba sus amistades a aquellas que él consideraba adecuadas para su hijo. En cuanto a Max, en esta nueva realidad era el novio de Lucas. Aunque seguía siendo popular, ahora era increíblemente celoso y posesivo. Max había logrado el permiso del entrenador Miller para salir con Lucas por dos razones: amaba a Lucas y provenía de una familia adinerada, lo cual lo hacía aceptable a los ojos del entrenador. No obstante, antes de dar su aprobación, el entrenador advirtió severamente a Max: — Si mi hijo derrama una sola lágrima por tu causa o me eres infiel, pagarás con tu vida el dolor que le causes. Esa amenaza era sincera. El entrenador Miller, por su hijo, sería capaz de hacer cualquier cosa. A partir de ese día, la vida de Lucas cambió drásticamente. Con un padre nuevo que lo protegía en exceso y un novio que lo amaba con una intensidad casi asfixiante, Lucas tuvo que adaptarse a esta nueva realidad que él mismo había deseado sin pensar. Pronto se dio cuenta de que los deseos tienen un precio y que sus anhelos, aunque se cumplieran, podían traer consigo un conjunto de desafíos insospechados. Fin.