La historia del Romance Prohibido: Príncipe Vegeta y el Nerd Encantador

En un lejano planeta Vegeta, conocido por ser el hogar del orgulloso y feroz príncipe de los sayayin, Veggeta, se encuentra un peculiar humano de 17 años. A pesar de ser clasificado como nerd, feo y débil según los estándares de su mundo, este chico poseía una peculiar e inmensa bondad en su corazón. Un día, extraviado en los recovecos del palacio, el príncipe Veggeta encontró un chocolate encantado, una reliquia antigua que, según las leyendas, tenía el poder de hacer que quien lo consumiera se enamorara perdidamente de la primera persona que viera. Desesperado por algo que saciara su apetito, Veggeta comió el chocolate, y el destino decidió que el primer ser que viera sería el humilde adolescente humano. La fiera naturaleza de Veggeta rechazó vehementemente esta nueva y suave sensación en su corazón. Luchó contra ello, tratando brutalmente de reprimir lo que consideraba un sentimiento débil. Pero incluso en su resistencia, no pudo evitar mirar al joven nerd que atraía su mirada una y otra vez. Comenzó a sentir celos cada vez que veía al joven reír y conversar con sus amigos, agitando una posesividad contradictoria que solo podía calmar estando cerca del chico. Decidido a hacer que el joven se enamorara de él, Veggeta decidió mostrarle su magnificencia y poder. Comenzó una caminata narcisista, exhibiendo su perfectamente tallado cuerpo, flexionando sus musculosos bíceps, tríceps, abdominales y pectorales. Además, hizo alarde de sus formidables poderes, demostrando lo perfecto y poderoso que era. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el nerd se mantuvo inafectado, sin caer ante la deslumbrante demostración de Veggeta. Eso solo hizo que Veggeta redoblara sus esfuerzos. Después de incansables tácticas y estrategias, finalmente, logró lo impensable; el nerd se convirtió en su novio. Sin embargo, el chocolate encantado tenía un efecto secundario desconocido. A medida que pasaba el tiempo, los celos y la posesividad de Veggeta crecieron a escalas críticas y peligrosas. Para los sayayin, una raza belicosa por naturaleza, estos sentimientos podían ser especialmente intensos, y en el caso del príncipe, eran extremadamente poderosos. Obstaculizado por esta avalancha de emociones, Veggeta tomó la única solución posible; él se casaría y viviría con el nerd. De este modo, el orgulloso príncipe de los sayayin abrazó su posesividad y celos, eligiendo vincularse con el humano cuya sonrisa lo había capturado irremediablemente. El amor, incluso en su forma más rara, pareció prevalecer incluso en los corazones más indomables.