Intercambio de Cuerpos: Cambiando Roles, Cambiando Vidas

Una vez hubo dos hermanos con personalidades y apariencias radicalmente diferentes. El mayor, Jake, era un jugador de fútbol americano de 19 años. Era atractivo, musculoso, y no tenía miedo de mostrar su narcisismo y egolatría. En contraste, su hermano menor, Tim, era un nerd de 18 años. Tim era menos agraciado, estaba un poco pasado de peso y no tenía mucha confianza en sí mismo. Un día, el capitán del equipo de fútbol, que también era conocido como el bully del instituto, decidió gastar una broma a su vecina. Como divertida distracción, obligó a su banda a arrojar tomates a las ventanas y fachada de la casa de la vecina. Lo que el bully no sabía era que esta vecina no era una mujer común, sino una bruja muy poderosa. Tim, que había sido testigo de la travesura, decidió ayudar a la vecina a limpiar su casa. La bruja, emocionada por la amabilidad desinteresada de Tim y furiosa con el bully, planeó su venganza. Esa misma noche, lanzó una maldición que intercambió los cuerpos y las fuerzas de los dos hermanos. Tim se despertó al día siguiente en el cuerpo de Jake. Sorprendido en un primer momento, luego experimentó una sensación de alegría. Por fin tenía la apariencia y el físico que siempre había deseado. Tras pensarlo, decidió no deshacer el cambio y quedarse en ese cuerpo para siempre. Pero lo que Tim no sabía era que cada día que pasaba en ese cuerpo, se convertía más y más en el narcisista ególatra que odiaba. No sólo físicamente, sino también en su personalidad. Empezó a tratar mal a los demás, a usar su nueva fuerza y apariencia para intimidar y asustar, se convirtió en el bully de su antiguo bully. La bruja, viendo lo que sucedía, se sintió decepcionada por cómo Tim había cambiado. Había esperado que Tim usara su nueva fuerza para el bien, no para convertirse en el mismo tipo de persona que el bully. Pero la maldición ya estaba hecha y no se podía deshacer. Y así, el nerd se convirtió en el bully, una cruel ironía del destino.